Azar o destino, las oficinas del Alto Comisionado para España Nación Emprendedora se ubican en el edificio 'Semillas' del Palacio de la Moncloa. Es en estas latitudes, durante los últimos dos años, desde donde Francisco Polo trata de elevar la idea de que germine un potente ecosistema startup en nuestro país.
Un organismo, el Alto Comisionado, que si bien no tiene poder ejecutivo -con la mayoría de responsabilidades atribuidas a la Secretaría de Estado de Digitalización, cartera que precisamente ocupó Polo antes de su actual titular, Carme Artigas- tiene ese propósito de inspiración, coordinación y asesoramiento en esta "misión de país", como la describe su líder, a los distintos ministerios y entes del Gobierno.
Dos años ya desde que Francisco Polo encarna esta figura en los que ha habido mucho movimiento en estas lides, con un particular acelerón a lo largo de este 2021 a caballo también de los planes de recuperación.
Recordemos que, allá por febrero, el propio Pedro Sánchez presentaba la Estrategia España Nación Emprendedora, con una dotación de más de 4.200 millones de euros apoyados por los fondos europeos. Posteriormente se han ido sucediendo pequeños pilares (el lanzamiento del fondo público Next Tech, de inversiones específicas para mujeres emprendedoras por parte de ENISA...), con un gran culmen materializado en la Ley de Startups que el Consejo de Ministros aprobó la pasada semana.
Es esta norma ("clave para el crecimiento innovador de nuestro país, el posicionamiento en el exterior y la atracción de talento") la que motiva la visita al edificio 'Semillas' y la entrevista de D+I con Francisco Polo, la primera que concede tras este hito tan anhelado durante años por el sector.
De hecho, Francisco Polo fue el encargado de acompañar al presidente Sánchez durante el primer anuncio de esta ley, en un ya lejano South Summit de 2018. Ante este obligado ejercicio de memoria, la primera pregunta es obvia: ¿Por qué se ha retrasado tanto una ley tan esencial para el despegue del tejido emprendedor?
"La respuesta se encuentra en el propio texto de la ley. Es una norma que revoluciona el sector del emprendimiento innovador y que nos sitúa a la par de los mejores países de nuestro entorno europeo o incluso por encima. No estamos hablando de mejoras incrementales, sino de un salto cualitativo y de subir de división hasta competir realmente en el tablero mundial", responde Polo.
"Para conseguir esto se requiere mucha ambición y coordinación, en este caso con nueve ministerios. Es una muestra de la complejidad de un proyecto de este tipo. Y no podemos ignorar que hemos tenido un período de pandemia y de emergencia económica y social que nos ha obligado a poner esto en pausa. Y hay otra cuestión más técnica que atañe a las normas electorales que impiden realizar según qué anuncios y tramitaciones durante comicios como los que hemos tenido estos años".
La compleja (y ambiciosa) Ley de Startups
La complejidad a la que se refiere Francisco Polo durante el encuentro en su despacho (y su extraña combinación de ambientes, de las banderas y la sobriedad institucional a las pizarras y post-its más típicos de una startup al uso) es palpable en la cantidad de medidas que introduce la Ley de Startups, ahora en tramitación parlamentaria.
Como resume el Alto Comisionado, la nueva norma permite a las empresas de base innovadora de menos de cinco años de vida (siete en algunos casos) rebajar su impuesto de sociedades al 15% o evitar la duplicidad de pagos a la Seguridad Social en el caso de emprendedores a tiempo parcial. También se incluyen mejoras en torno a las 'stock options', maltratadas desde un punto de vista regulatorio en los últimos años (hasta 50.000 euros de exención anuales) con devengo de los rendimientos de estas opciones hasta que se opere con ellas.
También se incluyen deducciones del 50% para inversiones realizadas en empresas de nueva o reciente creación, hasta los 100.000 euros (por parte de inversores o los propios fundadores), mejoras para las gestoras de fondos internacionales o el hecho de no pedir NIE a los inversores extranjeros que busquen oportunidades de negocio en startups españolas. Igualmente, la Ley de Startups incluye un apartado dedicado a los nómadas digitales y españoles que vuelvan a casa, con tributaciones rebajadas y trámites simplificados.
La norma fue presentada por la vicepresidenta primera, Nadia Calviño, y desgranada durante estos últimos meses por la secretaria de Estado Carme Artigas. Entre ambas, buscamos saber cuál ha sido el rol jugado por el Alto Comisionado.
"Nosotros [el Alto Comisionado] preferimos trabajar y hacer que surjan cosas como esta Ley de Startups que tengan un impacto concreto. Pero más que la labor nuestra, creo que habría que destacar la implicación del presidente del Gobierno, que es quien ha establecido los criterios de mínimos para que fuera la ley esperada y que se cumpliera la promesa de impulsar realmente al emprendimiento innovador. Su papel ha sido decisivo", explica Francisco Polo.
Hablando de esos mínimos, no podemos obviar las críticas que las startups -pese a alabar en general la norma- han elevado en los últimos días. Entre ellas, la no inclusión de las 'scale-ups' ("Esta es una ley que busca apoyar a las empresas en su momento inicial, donde afrontan un riesgo enorme. No está enfocada a las 'scale-ups' porque el Ministerio de Economía ya aprobó la Ley Crea y Crece para ese tipo de empresas") o el potencial cuello de botella e indefinición al requerirse un certificado de startups emitido por ENISA a partir de una definición de 'base innovadora' que aún está pendiente de publicarse mediante decreto.
Ante este último punto, Polo reconoce que "son dudas legítimas al leer esta configuración. Pero la realidad es que hay otros países de nuestro entorno que llevan años con este tipo de procesos, como Israel. Y nadie duda del buen funcionamiento y la capacidad para reconocer y trabajar con las startups de ENISA". Para tratar de eliminar cualquier temor, el Alto Comisionado adelanta además un aumento de las partidas presupuestarias para este organismo, "con el fin de que tenga todos los medios necesarios para esta labor".
En cualquier caso, Francisco Polo no puede dejar de sonreír al hablar de lo que supone este hito: "Teníamos las infraestructuras y el talento para convertirnos en el primer país de Europa en términos de emprendimiento. Y, ahora, también tenemos las bases legales, uno de los marcos regulatorios más avanzados de la región, para poder construirlo".
La Estrategia, 34% en marcha
Hace justo un año, en diciembre de 2020, y durante un vídeo de apenas cinco minutos, Pedro Sánchez anticipaba la Estrategia España Nación Emprendedora, con 50 medidas repartidas en cuatro ejes de actuación y que tiene, como gran punta de lanza, la Ley de Startups que nos ocupa estos días.
"Es una visión estratégica a diez años para hacer de España la nación emprendedora con mayor impacto social de la historia, para lo que establecemos una serie de objetivos y retos para el país: desde la actuación en los diferentes sectores tractores de nuestra economía hasta las brechas sociales que debemos cerrar", indica Francisco Polo. "Es el resultado de un doble consenso con todos los ministerios y con todos los sectores del emprendimiento innovador".
Dicha Estrategia estaba dotada con 1.562 millones de euros en 2021 y los ya mentados 4.223 millones para los próximos años. Francisco Polo echa balones fuera al hablar de la ejecución de esos presupuestos: "Corresponde a los diferentes ministerios y, además, hay que tener en cuenta que la llegada de los fondos europeos se está produciendo ahora".
De lo que sí lleva un exhaustivo control es de cuántas de las medidas incluidas en esa estrategia están ya en marcha. Lo sabe por un calendario colgado de la pizarra blanca que comanda su refugio en Moncloa, en el que lleva la cuenta de esas iniciativas y las semanas que restan para cumplir con todas las promesas antes de las siguientes elecciones. Por ahora, el papel marca un 34% de trabajos ya en proceso.
"Muchos de ellos están en pleno trabajo, como la preparación de la marca para la España Nación Emprendedora, los programas de atracción del talento, la Red Nacional de Centros de Emprendimiento y otras tantos que tenemos avanzados y que también verán la luz a medida que se puedan ir generando también con los fondos europeos", explica Francisco Polo a D+I.
Eso sí, y a pesar de la insistencia del que firma esta entrevista, Francisco Polo no quiere adelantar cuáles serán los primeros proyectos de esta estrategia que cobrarán vida en 2022. Quiere que toda la atención y su mensaje se centren, por ahora, en la Ley de Startups.
Innovación distribuida y social
Francisco Polo adereza su discurso con múltiples comparaciones con otros países -Reino Unido, Alemania, Israel...- para dar prueba de la relevancia de la Ley de Startups que quedará finalmente aprobada "esperemos que antes del verano" tras su paso por las Cámaras. Comparaciones que, no obstante, esconden una diferencia sustancial del ecosistema emprendedor español y es su carácter distribuido, frente al centralismo de la mayoría de polos innovadores del mundo.
"Partimos de una posición de ventaja porque somos el único país de Europa junto con Alemania que cuenta con más de una ciudad como 'hub' de emprendimiento. Tenemos a Madrid y Barcelona ya reconocidas, pero parte de la apuesta de la estrategia es el cierre de la brecha territorial. Por una cuestión de principios, pero también estratégica", introduce el Alto Comisionado.
"Contamos con ciudades como Valencia, Bilbao, Santa Cruz de Tenerife, Las Palmas, Málaga o Sevilla que están trabajando para desarrollar su propio entorno de emprendimiento innovador. Eso es algo que desde el Gobierno queremos impulsar, con el Alto Comisionado y con la Estrategia España Nación Emprendedora. Pero recalco que no es sólo una cuestión voluntarista, sino que ya hemos visto el resultado, incorporando hasta cinco nuevas ciudades a la evaluación de España como conjunto en los ránkings internacionales de países más atractivos para las startups", añade.
"La nación emprendedora va a dar oportunidades en todos los territorios. Porque el generar oportunidades en todos los territorios nos hace a todos más fuertes y nos convierte en un país mucho más atractivo".
Eso en lo que atañe a la brecha geográfica y el siempre necesario debate de la España Vaciada. Pero Francisco Polo también remarca en varias ocasiones durante la conversación su intención de que el impulso al ecosistema de startups de nuestro país sirva para impulsar, de forma más amplia, la innovación social que luche contra otras brechas, como las de género o riqueza.
"Hemos visto lo que ha pasado en otros entornos, como Silicon Valley, donde solo potenciaron los elementos básicos del emprendimiento innovador y se olvidaron de todo lo que hay alrededor, que son las personas que lo hacen posible. Ahí están los problemas que tienen en vivienda, educación, sanidad... El emprendimiento innovador debe poder ser sostenible, y por eso defendemos tanto el modelo de futuro que estamos construyendo en España", afirma Polo.
Un modelo que, tal y como concluye el Alto Comisionado, "tiene como columna vertebral no sólo transformar el modelo productivo, sino también abordar la brecha de género, la brecha socioeconómica o la brecha generacional. Porque son estas cuestiones las que hacen posible que estos esfuerzos se puedan sostener en el tiempo, que tengan un impacto real en la sociedad y no sea algo disruptivo en términos negativos como sucede en esos espacios teóricamente de referencia".
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