La Ley de Startups afronta la recta final de su tramitación parlamentaria estas semanas, con el objetivo de que pueda ser aprobada finalmente este mismo mes de octubre. Hasta el momento, su paso por las Cortes no ha traído consigo grandes novedades respecto al texto presentado por el Ejecutivo en diciembre, aunque sí alguna sorpresa inesperada.
La atención hemos de ponerla en la 'disposición final quinta ter (nueva)'. En ella, la Ley de Startups viene a modificar la ley de presupuestos generales para el año 2018 (6/2018, de 3 de julio). Lo curioso es que el objeto de esta alusión no responde a ningún aspecto relacionado con el ecosistema emprendedor o con el resto de temas tratados en la Ley de Startups, sino con algo que nos obliga a volver nuestra mirada hacia el pasado.
"Con efectos desde la entrada en vigor de esta Ley, se modifica el apartado Dos de la disposición adicional octogésima octava de la Ley 6/2018, de 3 de julio, de Presupuestos Generales del Estado para el año 2018, para ampliar la duración del Programa «VIII Centenario de la Catedral de Burgos 2022», que queda redactado de la siguiente forma: «Dos. La duración del programa de apoyo a este acontecimiento abarcará desde el 1 de diciembre de 2018 hasta el 31 de diciembre de 2022.»".
El VIII Centenario de la Catedral de Burgos 2022 es una iniciativa organizada por la ciudad castellanoleonesa para celebrar los 801 años de la icónica obra gótica. Durante este curso, la conmemoración se materializa en multitud de eventos distribuidos en sesenta fechas distintas, tal y como detalló a finales de 2021 el presidente de la fundación creada para gestionar este hito, Mario Iceta.
Su pertinencia para con la Ley de Startups, el ecosistema innovador o cualquier otro aspecto similar no ha sido detallada.
Esta disposición, introducida por los grupos del PSOE y Unidas Podemos a través de la enmienda 196 a la ley, se ha metido con calzador en el texto. Tanto que está al final del documento, complementando un artículo que trata los ejercicios económicos en que serán de aplicación los beneficios de la Ley de Startups y acompañando a otra disposición, esta ya habitual en el ordenamiento jurídico, que recuerda que los preceptos de esta nueva norma desplazarán a cualquier otra anterior que tratara estos mismos temas.
La edad de las startups, en el aire
Más allá de este objeto extraño en el cuerpo de la Ley de Startups, el resto de la norma no presenta por el momento mayor novedad. De hecho, el único cambio potencial en estos momentos -todavía no materializado en el texto- atañe a la edad máxima con la que un proyecto emprendedor puede ser considerado como tal (y, por tanto, ser beneficiario de los privilegios de esta norma).
Así, existe actualmente un importante debate entre los grupos parlamentarios y con sus interlocutores de la sociedad civil, según ha podido saber D+I. Por un lado, la postura impuesta por Hacienda es mantenerse firmes en que una startup debe tener menos de cinco años de antigüedad (ampliables a siete en algunos sectores como la biotecnología). Por el otro, se propone abrir la mano para que pueda subirse la edad a seis o más.
Los cuatro años de la Ley de Startups
Pedro Sánchez anunció hace cuatro años, durante su primer South Summit, la creación de la primera Ley de Startups de nuestro país. No sería hasta julio de 2021 cuando el Ejecutivo presentó el borrador de esta norma, un documento muy esperado por el ecosistema emprendedor y que recibió alabanzas por su buena disposición, pero también críticas ante la falta de ambición en algunos aspectos.
Fuentes del ministerio reconocieron entonces que el sector pidió un "esfuerzo adicional" al Ejecutivo y que éste ha tratado de "reforzar y mejorar sustancialmente" la norma. Partiendo de la propia definición de una startup, que en el borrador quedaba circunscrita únicamente a proyectos de emprendedores noveles y dejaba fuera a los llamados 'emprendedores en serie', aquellos que ya habían puesto en marcha proyectos similares en el pasado.
En la versión actual de la Ley de Startups se corrije ese punto al permitir que un mismo emprendedor pueda beneficiarse de las ventajas de esta norma en hasta tres proyectos distintos, ya sean paralelos o consecutivos.