Sin embargo, los responsables de estas firmas no son solos los únicos que se ven afectados por la proliferación de esta tecnología. Los usuarios son, en sí mismos, los que experimentan el fin último de dicha herramienta, sobre la que, a nivel general, existe un gran desconocimiento sobre sus implicaciones. 

Así, de acuerdo con un estudio elaborado por la consultora Entelgy, el 78,5% de los ciudadanos españoles afirman estar familiarizados de alguna manera con la inteligencia artificial. Sin embargo, de ellos, el 66,3% cree que lo está "poco" y el 21,5% dice que "nada". 

Del total de usuarios encuestados, el 31,7% considera que sí utilizan la IA en su día a día, siendo las compras (68,7%), las redes sociales (63,2%) y el streaming (57,7%) las tres situaciones más mencionadas, seguidas del trabajo, la planificación de las vacaciones o al pedir un VTC. 

No obstante, a pesar de estos datos, los españoles aún no confían en esta herramienta y, así, el 80% creen que puede suponer un riesgo para la sociedad si no se gestiona de manera adecuada. El grado de desconfianza se dispara en su aplicación a sectores como la predicción de resultados médicos, los sistemas de conducción automáticos o las recomendaciones personalizadas. Mientras, los sistemas de reconocimiento facial de un móvil o la organización de itinerarios vacaciones son los que tienen un mayor grado de confianza. 

"En los últimos años, hemos presenciado un auge de la inteligencia artificial que ha supuesto un impacto significativo en distintas industrias, en la economía y en la sociedad", explican fuentes de Entelgy. "Sin embargo, existe una preocupación considerable sobre la preparación actual de las empresas para integrar esta tecnología y de cómo esta tecnología va a afectar en nuestro día a día". 

La formación, tema pendiente

El informe también se centra en las principales preocupaciones de la población alrededor de la inteligencia artificial, donde prima la desinformación a partir de bulos (88%). Más de la mitad de los encuestados admiten haberse creído algún bulo generado por esta tecnología. 

Otros de los aspectos que preocupan a los usuarios son la privacidad de los datos (59,6%) y el trabajo (60%). Relacionado con esta última, una amplia mayoría (62,1%) de los encuestados creen que la inteligencia artificial sustituirá a las personas en su trabajo. 

Al contrario, los encuestados también creen que hay áreas que se pueden beneficiar en un futuro del despliegue de esta tecnología, entre ellas, la economía (26%), la movilidad y el transporte (24,7%) y la salud (23,5%).  

El documento revela, asimismo, la formación como uno de los aspectos pendientes en relación a la inteligencia artificial. Así, el 88,2% afirma que no se ha formado o se está formando sobre esta herramienta y, además, el 83% cree que la enseñanza debería provenir por parte de las empresas y los centros de trabajo. 

Respecto al caso concreto de España, apenas el 19,9% de los consultados considera que este país está preparado a nivel competitivo para aprovechar plenamente el potencial de la IA. Así, un 95,5% cree que las empresas españolas están "poco" o "nada" preparadas para adoptar la IA en diferentes ámbitos. 

Regulación para un desarrollo seguro

El contexto de la inteligencia artificial no se puede abordar sin mencionar el marco normativo desarrollado por Europa alrededor de esta tecnología y cuya entrada en vigor se antoja inminente. Ante este panorama, el 93,1% de los españoles encuestados creen que es esencial contar con algún tipo de regulación en este ámbito. 

De ellos, el 83,4% considera que estas normas deberían abarcar tanto empresas como particulares, aunque un 7,7% precisa que solo debería aplicarse a las firmas y un 2% solo a usuarios. 

Sobre las leyes puestas en marcha en la Unión Europea alrededor de la inteligencia artificial, un poco más de la mitad, un 51%, afirma tener conocimiento sobre dicha regla, frente a un 43,7% que dice conocer su existencia, pero no sabe qué se aborda en ella. Solo un 7,3% entiende en qué le afecta la ley. 

"La población española siente mucha desconfianza ante la IA, lo que subraya la importancia de contar con una regulación que garantice un desarrollo seguro y ético de esta tecnología", insisten desde Entelgy. "La inteligencia artificial ha dejado de ser un concepto futurista para convertirse en una realidad con gran potencial en numerosos ámbitos".