Si Google o Facebook fueran países, serían los más poblados del mundo. Hoy en día 67 de las 100 mayores unidades económicas del mundo son empresas. Las reglas del juego de la geopolítica están cambiando y eso obliga a reformular los criterios de vigilancia de la libre competencia.
La Unión Europea lleva años vigilando la actuación de grandes empresas tecnológicas norteamericanas, llegando a imponer multas milmillonarias. El Gobierno estadounidense ha sido históricamente más laxo con los gigantes empresariales que nacían en su país, pero este mismo otoño ha llegado a demandar a Google por abusar de su posición de dominio frente a la competencia, y se esperan nuevas demandas contra estas compañías en las próximas semanas.
Reino Unido mueve ahora ficha también. Después de que en julio hicieran público un informe advirtiendo de los riesgos de la 'economía de plataformas' y señalando directamente a Google y a Facebook, el Gobierno británico adelanta ahora algunos de sus planes. Así, en abril se creará un grupo de trabajo dentro de la autoridad nacional de Competencia y Mercados (CMA). Esta unidad redactará una serie de propuestas acerca de las nuevas obligaciones de las grandes empresas digitales. Posteriormente, a lo largo de 2021, se llevará a cabo una consulta público que concluirá, probablemente ya en 2022, con una nueva regulación antimonopolio.
El anuncio de Londres, del pasado viernes, se adelanta brevemente a la Comisión Europea, que previsiblemente publicará una revisión de sus propias normas antimonopolio el próximo 9 de diciembre.
"Existe un creciente consenso en el Reino Unido y en el extranjero de que la concentración de poder entre un pequeño número de empresas tecnológicas está frenando el crecimiento del sector", dijo Oliver Dowden, ministro de Cultura Digital de Reino Unido, en un comunicado. "Es hora de abordar eso y desplegar una nueva era de crecimiento tecnológico".
"Solo a través de un nuevo régimen regulatorio a favor de la competencia podemos abordar el poder de mercado de gigantes tecnológicos como Facebook y Google y garantizar que las empresas y los consumidores estén protegidos", dijo por su parte Andrea Coscelli, director general de la CMA.
En el mencionado informe de julio, que fue elaborado por la CMA, se incluían algunas recomendaciones en favor de un mercado digital "dinámico y competitivo". Entre ellas, además de la formación de un grupo de trabajo específico, proponía la elaboración de un código de conducta para las plataformas digitales basadas en publicidad digital (una suerte de autorregulación) y conceder a unidad de nueva creación autoridad suficiente para realizar "intervenciones" relativas al uso, acceso e interoperabilidad de los datos, los derechos de los consumidores e, incluso, la posibilidad de obligar a "separar negocios".