Ley europea de chips: la última esperanza de Bruselas para recuperar su independencia tecnológica ante la escasez global
Empresas y asociaciones del sector apoyan la iniciativa de Bruselas y esperan que ayude a Europa a recuperar el terreno perdido en este campo.
19 septiembre, 2021 03:10Noticias relacionadas
La pandemia de la covid-19 ha puesto contra las cuerdas a la industria de los semiconductores, ya que ha creado una tormenta perfecta: a un fuerte aumento de los pedidos se ha sumado una escasez en el suministro de los chips por las medidas de confinamiento que llevaron a parar durante semanas la producción.
La escasez de semiconductores en todo el mundo ha incrementado notoriamente los precios de todos los dispositivos electrónicos en los últimos meses e, incluso, ha llegado a ser capaz de paralizar industrias enteras ante la imposibilidad de hacerse con los chips necesarios para la producción.
Aunque poco a poco se va recuperando la normalidad en la cadena de suministro, aún quedan un tiempo para lograr que la oferta consiga cubrir toda la creciente demanda. Así lo afirmaba el consejero delegado de ARM, Simon Segars, en una reciente entrevista con D+I, o lo esperan consultoras tecnológicas como IDC o Gartner, que prevén que los problemas persistan, al menos, todo este 2021.
Por lo tanto, en un mundo hiperconectado en el que cada vez más objetos llevan incorporados chips, desde smartphones a tarjetas de crédito, pasando por coches o consolas de videojuegos, la capacidad de para poder desarrollar y fabricar semiconductores es algo "crucial" para las economías avanzadas que lideren el mundo en el futuro.
Y en este sentido, Europa no se encuentra precisamente en una posición de ventaja, ya que, como admitió la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, esta semana en su discurso sobre el estado de la Unión en la Eurocámara, en el Viejo Continente dependemos de los chips de vanguardia fabricados en Asia.
La presidenta incidió en que, a pesar de que la demanda mundial se ha disparado, la cuota de Europa en toda la cadena de valor ha disminuido. Datos de la Asociación de la Industria de Semiconductores (SIA, por sus siglas en inglés), apuntan que Europa ha pasado de ser el fabricante del 44% de los semiconductores del mundo en 1990 a representar sólo el 9% del total.
Y sus perspectivas para el futuro tampoco son mucho más optimistas, ya que en 2030 ese porcentaje descenderá ligeramente hasta el 8%, una década en la que se consolidarán actores como China (24% del total en 2030), Taiwan (21%) o Corea del Sur (19%) como los principales fabricantes de chips del mundo.
Además, este menor peso global en la fabricación de chips contrasta con el aumento de la demanda que se ha registrado en los últimos meses tras el impacto de la crisis de la covid-19. Según las últimas previsiones de World Semiconductor Trade Statistics (WSTS) las ventas de chips en el Viejo Continente registrarán este año un fuerte incremento del 26,4%.
Esta subida no sólo deja atrás el descenso del 5,8% registrado en el año 2020, sino que continuará en 2022, con un repunte del 7,8%. Además, la previsión para Europa en 2021 supera la media prevista a nivel mundial (+19,7%), así como los crecimientos estimados para otras regiones o países como América o Japón (21,5% y 17,7%, respectivamente).
Europa comienza a despertar
En este contexto de urgencia, y quizás un poco más tarde lo que debería, Europa está comenzando a despertar y adoptar iniciativas para lograr reducir su dependencia de otros países. Y es que, como dijo Von der Leyen en su discurso, no es sólo una cuestión de competitividad, sino que se trata también de "una cuestión de soberanía tecnológica".
Según recoge el documento 'Brújula Digital 2030: el enfoque de Europa para el Decenio Digital', publicado el pasado mes de marzo, el objetivo de la Comisión Europea es revertir esta situación y conseguir que en 2030 la producción de semiconductores de vanguardia y sostenibles en Europa, incluidos los procesadores, suponga al menos el 20% de la producción mundial en valor.
Con este fin, el pasado mes de julio la CE lanzó una alianza industrial sobre tecnologías de procesadores y semiconductores, y este mismo miércoles Von der Leyen anunció la presentación de una nueva Ley Europea de Chips, que conecte las capacidades de investigación, diseño y ensayo de los distintos países europeos que se encuentran en la vanguardia mundial.
Esta iniciativa iría en la línea de la presentada este mismo año por el Gobierno de Estados Unidos, que también está trabajando en una Ley Americana de Chips, que incentive e impulse la fabricación de semiconductores en el país, así como la investigación en este campo, con el fin de disminuir su depende de la cadena de suministro.
El apoyo del sector a la Ley de Chips
Cecilia Bonefeld-Dahl, directora general de DigitalEurope, la patronal de la industria digital en Europa, celebra que la Comisión Europea tenga una presidenta que comprenda el papel transversal que lo digital desempeña para lograr alcanzar las prioridades que se ha marcado Europa y apunta que el anuncio de una Ley Europea de Chips fue el principal anuncio de su discurso.
En este sentido, Bonefeld-Dahl se mostró satisfecha con el nivel de ambición mostrado por la Comisión Europea y apunta que la propuesta de una legislación relativa a los chips propia del Viejo Continente "bien podría ser la respuesta a la escasez de semiconductores" que existe en Europa.
Sin embargo, la directora general de Digital Europe advierte de que esto será posible siempre que se haga correctamente y Europa siga trabajando con sus socios internacionales. Además, recuerda que las opiniones del sector serán un aspecto clave para hacer que esa iniciativa se desarrolle con éxito.
"En general, es genial ver el enfoque en la creación de asociaciones internacionales; Europa definitivamente necesita fortalecer sus capacidades y su competitividad en una economía global digitalizada", remarca Bonefeld-Dahl, quien subraya que lo digital siempre debe estar en la agenda de la colaboración y el alcance internacional de Europa.
Una amenaza para la economía
En declaraciones a D+I, el consejero delegado de la empresa alemana G+D, Ralf Wintergest, muestra también su apoyo al anuncio realizado por Von der Leyen para impulsar el ecosistema europeo de chips, especialmente en el que su escasez "amenaza sectores económicos vitales como los pagos, la comunicación y la gestión de identidades".
En este contexto, apunta que en G+D esperan que los políticos promuevan la industria de los chips en Europa con esto en mente teniendo en cuenta que hoy en día los chips se encuentran en casi todos los productos. "Son el núcleo de la vida cotidiana", asegura.
Sin embargo, Wintergest incide en que no se trata solo de producir más chips dentro de la propia Europea, sino también de volver a adquirir más conocimientos en esta área, ya que, según denuncia, "demasiados conocimientos técnicos se han trasladado al Lejano Oriente".
"Por lo tanto, apoyo las declaraciones de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, del pasado miércoles sobre la creación de una Ley Europea de Chips que impulse la capacidad de Europa en materia de semiconductores y refuerce el nuevo impulso por alcanzar nuestra propia autonomía estratégica", subraya.
Invertir en el futuro
Desde Intel, su vicepresidenta responsable de Relaciones Institucionales, Christin Eisenschmid, ha celebrado la propuesta de la Comisión Europea de crear una Ley Europa de Chips. "Es fundamental que invirtamos en tecnologías que posibiliten el futuro y apoyamos plenamente las ambiciones de Europa", remarca.
Intel resalta que incrementar la capacidad de fabricación Europa de semiconductores en Europa ayudará a atender la creciente demanda del mercado, mejorar la resiliencia de la cadena de suministro en la UE, avanzar en el liderazgo de I+D e impulsar un crecimiento económico sostenible mediante la creación de puestos de empleo calificados y con altos salarios.
En este contexto, Eisenschmid recuerda que Intel invertirá "miles de millones de euros" para liderar en capacidad de fabricación de semiconductores de vanguardia en Europa. De hecho, la compañía anunció la semana pasada su intención de invertir 80.000 millones de euros en nuevas fábricas de semiconductores en los próximos diez años.
"Actuar para fomentar un ecosistema de chips de vanguardia y preparado para el futuro en Europa es una noticia bienvenida y está alineado con nuestras ambiciones compartidas de revitalizar el sector", afirma la vicepresidenta de Intel.
Por su parte, el consejero delegado de la empresa francesa de materiales para semiconductores Soitec, Paul Boudre, señaló en una entrevista a Financial Times que Europa debe destinar al menos 20.000 millones de euros en ayudas si quiere que realmente se produzca un cambio en la fabricación de chips en el Viejo Continente.
Boudre incidió en que para que los fabricantes europeos de chips de la UE, como Infineon, Bosch y STMicroelectronics, logren ganar cuota de mercado es necesario que reciban las "capacidades y el apoyo equivalentes que obtendrían en otras regiones del mundo". Además, defendió que ese paquete de ayudas debe destinarse estratégicamente a la fabricación de productos en los que el continente ya tiene experiencia.