Deutsche Bank quiere mirar hacia el futuro, pero para ello, tiene que cerrar el pasado. Olvidar algunas malas apuestas y hacer borrón y cuenta nueva con su nuevo plan estratégico hasta 2020 que presentará el 29 de octubre. Para volver empezar de cero, la entidad ha tenido que revisar la valoración de sus activos en el balance y reconocer un deterioro de unos 6.400 millones de euros, que se une a la provisión de otros 1.200 millones de euros ante posibles multas de litigios que tiene pendientes.
El mayor banco de inversiones de Europa ha tenido que bajar la cabeza y asumir que su cuenta de resultados del tercer trimestre podría arrojar unas pérdidas de 6.200 millones de euros. Un borrón que servirá para limpiar su balance y así publicar su estrategia para el próximo lustro sin cargar con las minusvalías del pasado. A partir de aquí, la entidad podrá centrarse en construir el proyecto de John Cryan, el nuevo consejero delegado de Deutsche Bank desde el pasado mes de julio.
Desde el banco confían en que este deterioro milmillonario de la valoración de sus activos no arrastre a la entidad a sufrir pérdidas en el conjunto del año. Según sus estimaciones, el resultado neto hasta el cierre de septiembre dejará un beneficio de 900 millones de euros, una vez descontadas las pérdidas del tercer trimestre.
Impacto contable
La nueva valoración de activos que ha anunciado Deutsche Bank es una operación contable que afecta al balance y a la cuenta de resultados de la compañía, pero que no deterioran la situación de caja de la compañía. En otras palabras, su perfil de riesgo se mantiene intacto, una noticia ha sido bien recibida por las agencias de calificación crediticia. De hecho, las pérdidas provocadas por la nueva valoración de activos no modifican las ratios de capital que exige el Banco Central Europeo, por lo que sólo tendrá impacto sobre su nivel de solvencia la provisión por posibles multas. Standard & Poor’s cree que estos 1.200 millones provisionados podrían no ser suficientes y espera nuevos ajustes de cara al próximo año.
En cualquier caso, S&P ha acogido bien la noticia y ha mantenido el rating de Deutche Bank en BBB+ con perspectiva “estable” (la misma nota que asigna a España). Por su parte, Moody’s ha mejorado las previsiones para el conjunto de bancos alemanes, mejorando su perspectiva del sector de “negativa” a “estable”.
Revisión del dividendo
Una de las grandes novedades que está valorando la directiva es “reducir, o incluso suprimir” su dividendo ordinario con cargo a los resultados de 2015. Una decisión que sería histórica, ya que rompería una racha de más de medio siglo de retribución al accionista sin interrupciones. Sin embargo, en época de necesidad, eliminar este pago podría suponer un gran ahorro para la compañía y un alivio de cara a cumplir con los requisitos de capital que imponga el Banco Central Europeo (BCE). De este modo, sus accionistas se quedarían sin un dividendo que ofrece una rentabilidad de en torno al 3%.
El mercado ha recibido con buena cara las malas noticias de la entidad. Sus acciones cerraron la sesión del jueves con una caída en bolsa del 2,3%, que ni siquiera llega a ser tan grande como el peso de su dividendo. Estos números rojos llegaron incluso a ser verdes durante las horas centrales de la mañana. Los inversores premiaron así que la entidad eliminara una de las mayores incertidumbres que tenía por delante, la del impacto sobre su balance de la nueva valoración de sus activos.
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El mercado espera ahora a conocer cuál será la estrategia para el próximo lustro de la entidad y que se publicará el 29 de octubre. El que sigue siendo el mayor banco de inversiones europeo tiene por delante el reto de seducir a los inversores con un proyecto sólido que combine unas ratios de capital sólidas con expectativas de retorno para el accionista en un contexto de tipos de interés muy bajos.
Credit Suisse, un camino paralelo
Credit Suisse vive una situación paralela a la de Deutsche Bank. La entidad también estrenó nuevo consejero ejecutivo en el mes de julio, Tidjane Thiam, quien también anunció entonces que daría un nuevo rumbo a su negocio. La entidad suiza también presentará su nuevo plan estratégico en octubre, aunque en su caso será el día 21, (fecha en la que publicará sus resultados trimestrales). El mercado espera que la entidad apueste por el segmento de banca de inversión, el negocio de Deutsche Bank.
Eso son sólo especulaciones. Lo que se conoce hasta el momento es que la entidad está preparándose para elevar sus niveles de capital, según publicó el jueves el diario Financial Times. La compañía tiene varias alternativas sobre la mesa, pero el mercado estima que lo hará a través de un aumento de capital, esto es, emitiendo nuevas acciones. Una encuesta elaborada la semana pasada por Goldman Sachs a los accionistas de la firma reveló que el 91% espera que la compañía imprima acciones nuevas por más de 5.000 millones de francos suizos (en torno a 4.500 millones de euros).
La noticia, que se filtró al mediodía, provocó un fuerte descenso de las acciones de la entidad. Minutos antes de las dos de la tarde cotizaban por encima de los 24,6 francos suizos y media hora después habían caído hasta 23,31 francos, un desplome superior al 5%. Sin embargo, las pérdidas se matizaron al cierre de la sesión y sus títulos cerraron en 23,58 francos.