Nuevo temblor en la banca británica. Santander UK y el resto de los grandes bancos de Reino Unido (incluyendo Barclays, HSBC, Lloyds y Royal Bank of Scotland), necesitarán entre 2.200 y 3.300 millones de libras adicionales (2.978 y 4.467 millones de euros) para adaptarse a las nuevas exigencias del Banco de Inglaterra por las que desde 2019 deberán separar su negocio de banca minorista del resto, según cálculos de EP.
Según una información adelantada por Sky News, recogida desde miércoles por EL ESPAÑOL, el Banco de Inglaterra se ha puestos en contacto con las entidades afectadas, todas ellas con un tamaño sustancial de más de 25.000 millones. El supervisor británico es especialmente celoso de los ratios de solvencia, sobre todo, después de que en la crisis de 2008 y 2009 tuviese que movilizar 65.000 millones de libras para rescatar a sus bancos.
Un tercio del negocio de Santander
Las entidades afectadas son Barclays, HSBC, Lloyds, Royal Bank of Scotland y Santander UK, la filial española del grupo que preside Ana Patricia Botín. El regulador les comunicará que tienen de plazo hasta 2019 para elevar sus niveles de solvencia, para lo que deberán captar miles de millones de euros.
La cifra no se ha hecho pública todavía, pero supondrá un nuevo golpe dilutivo para los accionistas de estos bancos. Santander se ha convertido desde 2004 en unas de las principales entidades del país tras las compras de Abbey National (2004), Alliance & Leicester y Brtadford (2008-2010).
Según Sky News, el regulador no exigirá que el nuevo capital se capte de forma externa, esto es, acudiendo al mercado, lo que da cierto margen de actuación a las entidades. De este modo, para cubrir este colchón extra de solvencia, los bancos podrán vender activos o provisionar beneficios y recortar el dividendo.
El perfil de estas cinco entidades es muy variado, por lo que las necesidades de cada una de ellas podría ser muy diferente. Según Sky, Barclays podría ser la más afectada, ya que su negocio se centra en la banca de inversión; por el contrario, Lloyds, con un perfil de banca comercial, podría enfrentarse a unas exigencias menores.