Sales del encuentro confiado… Las sensaciones han sido buenas, ha habido sintonía y te has mostrado firme y seguro. No era una cita a ciegas. Era una entrevista de trabajo. ¿Estás seguro de haber convencido? Si conocías la empresa y su filosofía, si has sido honesto y coherente, si has creado buena atmósfera y has sabido vender tus logros, probablemente has hecho bien los deberes. Pero la realidad no siempre es tan dulce.
Los nervios, la inseguridad, la no preparación de la entrevista o incluso la falta de experiencia en hacer entrevistas (sí, también aquí la experiencia es un grado) pueden hacerte perder una buena oportunidad de cambio o mejora laboral. Hablamos con expertos en recursos humanos para saber cómo afrontar una entrevista de trabajo.
EL ELEVATOR PITCH
"La preparación previa y la venta son factores críticos", explica Elena Méndez, directora de la red de recursos humanos En Evolución. Todo el proceso, desde el diseño del currículum, la estrategia de búsqueda, el contacto con la empresa, las entrevistas y la oferta final, debe prepararse con antelación. Lo primero es conocer la puerta que se toca y preparar el discurso propio que convenza de que eres el mejor candidato para el puesto.
"Un discurso breve, claro y diferencial donde, en apenas dos minutos, resumas lo más destacado de lo que has hecho, tus logros y tu valor añadido", añade Méndez. Esta explicación es lo que se conoce como elevator pitch: un discurso de presentación de lo que eres y lo que vales, que expondrías a alguien durante un breve viaje en ascensor.
Tener muy claro tu elevator pitch es crítico, pues una fórmula frecuente para comenzar las entrevistas es el "háblame de ti". Y según las headhunters Emilia Arrate y Ana Sánchez, de Omnia RH, esta pregunta "suele dejar sin palabras" al candidato, que muchas veces no ha preparado nada y espera cuestiones mucho más concretas.
EL CURRÍCULUM
Solo dispones de 15 segundos para que tu currículum llame la atención entre decenas o cientos: ese es el tiempo medio que tarda un responsable de recursos humanos en ojearlo en diagonal, según la guía de BBVA Tu futuro laboral en 7 puntos de acción.
Y no es fácil elaborar un buen currículum que resuma de forma inteligente y atractiva los puestos de trabajo con las fechas, funciones desempeñadas y empresas empleadoras. Maquetado, redactado, con tablas o con viñetas (si lo envías por email, que sea siempre en formato pdf). La foto es importante, así como unas cinco líneas en el encabezado explicando quién eres y tus principales logros.
Según el puesto y la empresa o sector, se adaptará el currículum y se valorará más o menos la creatividad. En todo caso, debe ser estructurado, claro y sintético, "lejos de la jerga y palabras que no aportan", apunta Elena Méndez. Es un fallo común no incluir los logros de cada etapa y una pequeña nota indicando qué aportaba cada trabajo "aunque ocupe más de una o dos páginas", explica Juan Manuel Álvarez, Team Leader de Randstad Professionals.
En cuanto a la estructura, es importante empezar por la experiencia más reciente, pero si ésta no es muy amplia, el primer bloque informativo lo puede ocupar la formación. No sobra añadir empleos de menor cualificación. "Suman, en todo caso", explica Álvarez. "Se conoce mucho a la persona, da sensación de independencia y responsabilidad".
La preparación de la entrevista incluye apuntalar el motivo del cambio, plantear los escenarios que puedan parecer polémicos en tu trayectoria profesional y tener respuesta para todos. "La coherencia es importante, hay que procurar que la huella online y el currículum de papel cuenten las mismas cosas", apunta Arrate, que insiste, como Méndez, en que hay que "elaborar un discurso claro de unas diez líneas para explicar de dónde vienes y tus principales logros" (de nuevo el elevator pitch).
La previsión también pasa por "cuidar la presencia digital", pues con toda seguridad, alguien te buscará en la red para ver si eres una persona discreta y coherente. Googléate para saber que es lo que Internet escupe de ti.
Mejorar el salario, cambiar de área de trabajo, buscar nuevos retos… Los motivos para el cambio son muy variados, y también las redes para llegar al empleo deseado. Por Linkedin, Infojobs, Job & Talent, a través de consultoras de recursos humanos, headhunters o programas e iniciativas como Yo soy empleo, de BBVA, que ha contribuido a crear 10.000 puestos de trabajo en dos años.
Los contactos también cuentan. En España, el 70% de los trabajos se consigue por medio del networking y las recomendaciones personales, por la llamada "red de contactos", explica la portavoz de Omnia RH. Para la búsqueda, los expertos recomiendan "fijar bien el objetivo" y planificar a quién quieres enviar el currículum. Jesús Juez, consultor de selección de Experis en ManpowerGroup, ofrece un truco: "Afinar el disparo en lugar de mandar mil peticiones e ir anotando qué día y a quién se hace el envío para que no te pillen en blanco cuando te llamen".
LA ENTREVISTA
Es el día. La cita es en un par de horas. Has preparado tu discurso, tus referencias, las preguntas frecuentes, los argumentos y explicaciones para los escenarios que parecen menos positivos de tu experiencia laboral y los motivos por los que quieres cambiar. También conoces la empresa. Has buscado información sobre ella e incluso algún contacto dentro te ha aconsejado cómo empatizar con el entrevistador y cómo vestirte. "En el caso de no tenerlo claro, es mejor ir con traje", explica el portavoz de ManpowerGroup. "Una actitud adecuada transmite confianza, autenticidad y consistencia", añade la directora de En Evolución.
Al exponer los motivos para el cambio, ni se te ocurra criticar o hablar mal de tu anterior empresa o jefe. No es leal ni profesional (y, sin embargo, es más frecuente de lo que imaginamos). Incluso de las peores circunstancias debe uno sacar una enseñanza positiva y de aprendizaje. "Tan importante es la entrada en una empresa como la salida", explica Elena Méndez. "Hay gente que sale quemada y quemándolo todo. Pero siempre hay que dejar las puertas abiertas, porque se piden referencias o quizá quieras volver a trabajar con ellos en otro momento".
No gesticules de más, que tu tono de voz sea pausado y mira a los ojos. Mantente erguido y no pongas los brazos sobre la mesa. La atmósfera es importante y dependerá en gran parte de ti, pero no debes aprovechar la cordialidad para bajar la guardia y rozar el colegueo. Dentro de la sala, venden tanto tus palabras como tu actitud corporal, cuenta el Team Leader de Randstad Professionals.
Méndez recomienda que se contemple "dónde quieres estar y cómo" y ser honesto, "pues quizá no encajes en ese puesto, pero si causas buena impresión, la empresa puede contar contigo en otro momento". Es fácil que te traicionen los nervios si interpretas un papel con el que no te identificas. Si te pregunta por tus debilidades, sé sincero también. Ganarás puntos si eres capaz de convertir tus fallos o puntos débiles en una fortaleza.
Un momento delicado en la entrevista se produce al plantearte la cuestión: "¿qué aspectos crees que podríamos mejorar en esta empresa?". Según Jesús Juez, "quien contesta con seguridad es porque se ha tomado en serio la oferta y ha trabajado las debilidades y fortalezas de la compañía y el negocio al que se quiere a incorporar". Aquí se mide la capacidad de análisis, la creatividad y la proactividad.
LA DESPEDIDA
A punto de finalizar la entrevista, el candidato suele recibir la tarjeta de visita del entrevistador. Es el momento de preguntar cuándo serás informado de los plazos del proceso y si puedes ponerte en contacto con la empresa a través de la tarjeta facilitada. ¿Que no habéis hablado del salario? No te asustes. No está bien visto que saques el tema si no lo plantea primero el entrevistador. Será un tema a tratar en la siguiente cita si eres preseleccionado.
Aporta mucha información sobre el candidato cómo se desenvuelve y la proactividad al plantear sus propias cuestiones. Interésate por "los flujos de trabajo, la organización de la plantilla, las expectativas que la empresa tiene en el nuevo fichaje o los siguientes pasos del proceso de selección", apunta Juan Manuel Álvarez, de Randstad.
Los puntos suspensivos del último apretón de manos también dan muchas pistas, pues es un buen termómetro para evaluar la paciencia y autoconfianza del candidato. Nunca hay que olvidar que hasta que se sale del edificio… la entrevista no ha acabado. ¡Suerte!