La recuperación de la economía española está liderada por un hecho clave: la recuperación de la demanda interna. Las empresas invierten y los hogares consumen, hasta aquí, todo bien. El problema es que una buena parte de sus compras se destinan a adquirir bienes producidos en el extranjero, lo que provoca un deterioro de la balanza exterior de mercancías del país, que vuelve a acelerar su déficit.
Las importaciones volvieron a acelerar en septiembre, a tasas del 1,8% interanual, lo que elevó las compras de mercancías en el exterior hasta los 24.000 millones de euros, según los datos publicados por el Ministerio de Economía. Una cifra que no alcanzan a cubrir las exportaciones, pese a la mejora que experimentaron en septiembre al avanzar un 1,1% interanual (en agosto se contrajeron un 0,8%).
De este modo, el saldo de la balanza de bienes arrojó un déficit de 2.570 millones de euros. Esta posición negativa es un 8,3% peor que en el mismo mes del año anterior, lo que eleva el déficit de la economía española en el acumulado del año hasta los 18.650 millones de euros.
Por sectores, la mayor contribución al avance de las exportaciones se experimentó en el sector del automóvil, que aportó 2,4 puntos a la tasa de variación anual del conjunto de ventas en el exterior; mientras que el grupo de alimentación, bebidas y tabaco generó 1,4 puntos. En el extremo opuesto se situaron las exportaciones de productos energéticos, que se contrajeron en 2,1 puntos.