Como buen año electoral, los diferentes gobiernos y administraciones volvieron a tener manga ancha con el déficit. Pero todo se paga y hoy el Ministerio de Hacienda y el de Economía tienen que pasar el trago de tragarse sus palabras y asumir una fuerte desviación del déficit público. Según los datos del INE, el desfase entre los ingresos y los gastos alcanzó los 56.608 millones de euros, esto es, según el último dato del PIB publicado (en euros corrientes) un déficit del 5,24%. Si no se contabilizan las ayudas financieras, la necesidad de financiación se reduce en 547 millones, hasta el 5,18% del PIB.
Estos datos demuestran que Bruselas tenía razón al abroncar al Gobierno por su falta de disciplina. El problema no es que exista una diferencia entre el objetivo marcado por Europa y el resultado final, sino que este desfase supera un punto del PIB, ya que Bruselas había marcado un objetivo del 4,2% del PIB. Y esta desviación se produjo en un año en el que la economía creció más rápido de lo esperado, con un avance del 3,2% en el conjunto del año, el mayor avance desde el estallido de la crisis.
Esto significa que los ingresos del Estado también fueron mayores, por lo que el margen fiscal que tenía era superior al del año 2014. Aquí lo explica Francisco de la Torre, portavoz de Hacienda de Ciudadanos. Además, contó con la inestimable ayuda de la caída de los gastos financieros para hacer frente a los pagos de los intereses de la deuda, gracias a las políticas monetarias expansivas aplicadas por el Banco Central Europeo.
A falta de conocer todos los datos que hará públicos hoy el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, las cifras publicadas por el INE muestran que en el último año de la legislatura, el conjunto de las administraciones públicas apenas recortaron su déficit en 4.700 millones de euros, la mitad que en 2014, cuando redujo su necesidad de financiación en casi 10.000 millones de euros.
Te lo dije
Montoro se llevará el te lo dije de turno del comisario europeo de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici y del resto de la Comisión, tal vez también le digan el me duele a mí más que a ti, pero tiene una excusa: la falta de disciplina de las comunidades autónomas. Y no será porque Bruselas no se lo haya advertido en numerosas ocasiones. Los socios europeos no quieren discutir los matices: todo lo que sea deuda y déficit público español le corresponde al Gobierno de turno atajarlo. Las comunidades autónomas contribuyeron con dos de cada tres euros de nueva deuda que sumaron las administraciones públicas en 2015, por eso Bruselas está apretando al Ejecutivo, ahora en funciones, para que mantenga el control sobre el desfase del gasto de las autonomías.
Con estos datos sobre la mesa, Bruselas tiene todavía más argumentos para no creerse que los Presupuestos que dejó firmados Rajoy para este año vayan a ajustarse al objetivo de déficit para este año, que es del 2,8%. Esto significa que España tendrá que reducir casi a la mitad su déficit este año, algo que nadie se cree en Europa con las partidas presupuestarias que están en marcha. Por eso ha exigido al Gobierno que presente en abril un plan para atajar este desfase entre los ingresos y los gastos de las administraciones públicas.