A Telefónica cada vez se le complica más la venta de su negocio en el Reino Unido, O2, al grupo hongkonés Hutchinson Whampoa. Se trata de uno de los principales problemas que tiene sobre la mesa el nuevo presidente de la 'teleco', José María Álvarez-Pallete.
La Autoridad de los Mercados y la Competencia británica (CMA por sus siglas en inglés) insta a la Comisión Europea a prohibir la operación o, si la autoriza, a imponer elevadas desinversiones.
En una carta dirigida a la comisaria europea de Competencia, Margethe Vestager, la autoridad británica considera que las desinversiones propuestas por Hutchinson Whampoa no son suficientes para que Bruselas dé el visto bueno.
En marzo de 2015, Telefónica acordó la venta al grupo hongkonés por 10.250 millones de libras, más de 12.800 millones de euros al cambio actual. Desde entonces, la operación está en manos de Bruselas.
La autoridad de Competencia británica asegura en la carta que Vestager debe prohibirla “para evitar el daño a largo plazo para el mercado de las telecomunicaciones móviles de Reino Unido, y, en consecuencia, para los consumidores británicos".
"Las soluciones propuestas son materialmente insuficientes, ya que no conducirán a la creación un cuarto operador móvil capaz de competir de forma eficaz y a largo plazo con los otros tres de forma que compense la pérdida de competencia causada por la fusión", indica la CMA. La única solución, propone, es que Hurchinson Whampoa desinvierta.
"La desinversión tendría que incluir la red de infraestructuras móviles y el espectro suficiente para garantizar un cuarto operador móvil comercialmente viable en Reino Unido. Sin estos remedios estructurales, la única opción posible para la Comisión es la prohibición", concluye la CMA.
La comisaria Vestager ha eludido pronunciarse sobre la petición británica. "La Comisión puede confirmar que ha recibido la carta. Nuestra investigación sigue en marcha", ha dicho a EL ESPAÑOL el portavoz de Competencia, Ricardo Cardoso. Bruselas tiene de plazo hasta el 19 de mayo para decidir si autoriza la operación, con o sin condiciones, o la veta.
Vestager ha endurecido el tratamiento de las fusiones de compañías de telecomunicaciones respecto a su predecesor, Joaquín Almunia. El pasado septiembre hizo naufragar el intento de la compañía sueca TeliaSonera y la noruega Telenor de unir sus negocios en Dinamarca. Sobre la venta a Hutchinson de la filial británica de Telefónica, la comisaria lanzó una investigación en profundidad en octubre por considerar que la operación podría provocar una subida de precios en Reino Unido. El grupo hongkonés le presentó un paquete de concesiones a principios de marzo.
El dividendo de la 'teleco'
Para Telefónica es vital la desinversión. Por un lado, para poder recortar su deuda, que está próxima a los 50.000 millones de euros. Por otro, porque necesita cerrar la venta para poder pagar el dividendo que ha prometido a los accionistas. La operadora ha prometido pagar a cada accionista 0,75 euros por cada título que posea. Si O2 no se vende, o si la venta se retrasa aún más, los accionistas tendrán que decidir si cobran parte de ese dividendo, 0,35 euros, en acciones o en metálico.
Ante este bloqueo a la venta de O2, Telefónica volvió la pasada semana al mercado de deuda con una emisión de bonos de 2.750 millones de euros a un plazo de entre seis y diez años.