Berlín

A diez minutos andando de la Puerta de Brandeburgo y haciendo esquina en el bulevar de Unter den Linden, el fabricante de automóviles Volkswagen cuenta con uno de los grandes atractivos turísticos del centro de Berlín. Al menos para los amantes de los coches, el Volkswagen Forum Group es una visita casi obligada cuando se está de paso por la capital alemana. Se trata de un centro de muestra de los modelos históricos, más exclusivos o futuristas de la compañía, responsable de una decena de marcas. Muchos turistas vienen aquí para admirar los vehículos más espectaculares de la compañía germana, ya sean de Audi, Porsche, Lamborghini o Bentley. Para eso también son esas marcas las estrellas del consorcio automovilístico con sede en Wolfsburgo.

Los visitantes salen de este lujoso y amplio local con esa cara de satisfacción propia de quienes se han entretenido. “Los coches que se ven aquí son de los que sólo se pueden tener en sueños”, dice Ben, un joven granjero británico que ha venido con su novia, Luise, a pasar unos días en Berlín. “Entramos porque sencillamente nos gustan los coches”, afirma ella. Maurus y Jonas, dos adolescentes daneses que han venido a la capital alemana con un grupo de amigos, también lo han pasado bien. “Lo que más nos ha gustado son las motos de Ducati y el impresionante modelo de Bentley”, aseguran.

Muy pocos de los visitantes que vienen al Volkswagen Forum Group piensan antes de entrar en este centro de ocio en el escándalo que afecta a la compañía alemana, que el año pasado reconoció que hasta 11 millones de sus coches diésel presentaban una manipulación en su motor para que parecieran menos contaminantes.

¿Qué hacer con los pluses anuales que hay establecidos para los responsables de Volkswagen?

Menos aún son los que tienen en mente el último debate generado en Alemania por el mayor fabricante de automóviles de Europa. A saber, la discusión sobre qué hacer con los pluses anuales que hay establecidos para sus responsables. El fraude de los motores diésel ha supuesto para el consorcio su mayor crisis en 78 años de historia. Por eso a muchos chirría escuchar estos días noticias sobre eventuales primas millonarias a los miembros de la dirección de la empresa.

A Martin, un berlinés de mediana edad, este debate no le es ajeno. Acaba de salir del centro de exposiciones de Volkswagen y afirma, con una ironía desbordante, que “la cuestión de los pluses es una historia divertida”. “El año pasado no fue realmente un éxito para la compañía, y que se esté hablando ahora de primas de entre tres y cinco millones de euros para los directivos de la empresa no es algo comprensible para la gente normal”, añade este informático en paro.

Incentivos millonarios

Pese a la crisis, de un coste millonario debido, entre otras cosas, a las sanciones y a los efectos del escándalo sobre las ventas, lo más probable es que los directivos reciban bonificaciones. Serán, eso sí, menores que en años anteriores. En 2014, el otrora CEO de Volkswagen, Martin Winterkorn, quien terminó dimitiendo tras salir a la luz el escándalo de los motores diésel el pasado mes de septiembre, recibió bonificaciones por valor de 3 millones de euros. Hasta 70 millones de euros pagó Volkswagen en 2014 en concepto de pluses para sus directivos.

Matthias Müller, el sucesor de Winterkorn, ya había avisado a finales de 2015 de que, dadas las circunstancias, el consorcio debía “apretarse el cinturón”. En este sentido, “la cúpula de la empresa debe dar ejemplo”, según Müller. Sin embargo, hubo que esperar hasta esta semana para que se alcanzara un acuerdo entre los representantes del Consejo de Vigilancia y del Consejo de Administración de la compañía sobre el tema de los pluses. Los términos de dicho acuerdo se podrían hacer oficiales en la reunión de la dirección del próximo miércoles.

Como consecuencia de esta tardía solución, sólo desde hace escasos días se habla en la empresa de las modalidades en las que se verían reducidas esas primas. Según las informaciones filtradas a la prensa, la reducción de los pluses que estarían planteándose Müller y compañía podrían ser de hasta un 50%. Como mínimo, se apunta que las bonificaciones se recortarían en un 30%, según algunos medios de comunicación.

Matthias Müller, consejero delegado de Volkswagen. Mark Blinch Reuters

El socialdemócrata Stephan Weil, el primer ministro de Baja Sajonia, el Estado alemán que detenta un 20% del consorcio y en virtud de lo cual es el segundo mayor accionista de la compañía, se encuentra en el grupo de quienes han celebrado la decisión de reducir los pluses. También lo está su responsable de Economía en el Gobierno de Baja Sajonia, Olaf Lies, quien también es miembro del Consejo de Vigilancia de Volkswagen. Para Lies, el acuerdo para reducir las primas “es una señal importante”.

Una Cuestión moral

No pocos actores económicos germanos se han pronunciado estos días sobre la cuestión de las bonificaciones en Volkswagen. Los hay incluso que la han calificado de “cuestión moral”, según Ulrich Hocker, presidente de la Asociación alemana de Inversores Privados. Desde Baja Sajonia, región germana que acumula 100.000 de los 600.000 trabajadores de Volkswagen en todo el mundo, se ha llegado a apuntar que estos bonus son “de naturaleza problemática”. Tanto es así que, a principios de mes, el semanario Der Spiegel dio cuenta de que había directivos reacios a la idea de renunciar a los pluses.

Volkswagen Golf Salvador Martínez

Para Urs Müller, profesor de la Escuela Europa de Gestión y Tecnología de Berlín (ESMT, por sus siglas en inglés), el aireado debate sobre de los bonus en Volkswagen “no puede ser bueno para la compañía”. “Es obvio que no se puede pedir a los estamentos de la compañía hacer sacrificios significativos, por un lado, mientras que por otro lado se habla de las grandes ganancias de los miembros de la dirección”, dice Urs Müller a EL ESPAÑOL.

Debido a las previsibles sanciones, litigios y, entre otras cosas, la pérdida de confianza de los consumidores, “los beneficios de la compañía van a caer”, previene Müller. “Los accionistas no están contentos porque el valor de las acciones del grupo ha caído, los empleados tampoco porque todo esto significa una reducción de las posibilidades de empleo y de las inversiones, los consumidores tampoco porque los productos que compraron no se ajustaban a lo que se les vendió, las autoridades medioambientales tampoco porque ahora hay más contaminación”, expone. “Nadie puede estar contento con la empresa”, añade. Por eso, él piensa que “es muy extraño pensar que será bueno para la Volkswagen que la dirección de la empresa sea la única beneficiada en este contexto, en el que todo el mundo está pagando las consecuencias”.

El grupo Volkswagen ya acumula reservas por valor de 6.700 millones de euros para poder enfrentarse a las consecuencias del escándalo de sus motores diésel. Sin embargo, abundan las estimaciones que ponen muy por encima de esa cifra los costes del fraude. Volkswagen presentará su balance de 2015 en Wolfsburgo el próximo 28 de abril, un ejercicio que fue aplazado el pasado mes de marzo debido a las numerosas y nocivas variables introducidas por el escándalo de las emisiones de los motores diésel trucados.

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