El nuevo Programa de Estabilidad que está ultimando el ministerio de Economía y la Comisión Europea nace sin credibilidad. La prórroga que ha concedido Bruselas a España, que permitirá que este año cierre con un déficit público del 3,6% del PIB, en lugar del 2,8% inicial, es un objetivo que ya está en dudas, y eso que el Programa todavía no está aprobado. Si se cierra definitivamente con las cifras que anunció Luis de Guindos, ministro de Economía en funciones, España tendrá este año un desfase sobre el nuevo objetivo que podría llegar a los 4.000 millones de euros.
Los cálculos preliminares que está realizando la Comisión Europea, y que publicará en sus previsiones de primavera el día 3 de mayo, dan a España un déficit para este año de entre el 3,8 y el 4%, explican fuentes conocedoras de la información. El nuevo objetivo de la Comisión es cerrar el año en el 3,6%, por lo que el desfase sobre la senda de reducción del déficit oscilaría entre 2.000 y 4.000 millones de euros.
Y a la Comisión Europea tampoco le salen las cifras para el año 2017, de hecho, España podría quedarse todavía ese año por encima de la barrera del 3% que marca el Pacto de Estabilidad. Sus cálculos preliminares apuntan a que el déficit estará entre el 3,2 y 3,3%, lo que supone otros 3.000 o 4.000 millones de desfase respecto al objetivo recién actualizado del 2,9%. Esto significa que la Comisión Europea duda de que el plan que tiene Guindos pueda culminarse. Como adelantó El País, el ministro de Economía en funciones prefería pedir sólo un año adicional para bajar al déficit de la barrera del 3%.
Estos nuevos cálculos ponen en duda que el España pueda cumplir lo que ha acordado Guindos sin nuevos ajustes: recortes del gasto público o aumento de impuestos. Los datos definitivos de las previsiones de primavera de la Comisión Europea, que publica el 3 de mayo, serán la base para conocer si el nuevo Plan de Estabilidad de España tiene alguna veracidad o si, como empieza a percibir Bruselas, nace sin garantías de éxito.
¿Qué efectos tiene esta desviación?
Si hay un momento malo para que lleguen estas previsiones es ahora. En primer lugar porque España acaba de acordar un déficit que difícilmente podrá conseguir. En segundo, porque después de una legislatura de incumplimientos continuos del objetivo de déficit, Bruselas ha puesto en marcha el mecanismo sancionador contra España y estas cifras no ayudarán a rebajar la multa. Y, en tercer lugar, porque significan que España tendrá que realizar nuevos ajustes en un momento de bloqueo político total. Este desgobierno que todo lo complica.
Guindos ha fiado la mayor parte del ajuste del déficit, 17.000 millones de los 21.000 millones que tiene que ajustar en dos años, al milagro de los estabilizadores automáticos. ¿Qué quiere decir esto? Que la propia marcha positiva de la economía permitirá recaudar más y reducir algunas partidas del gasto público (principalmente en desempleo) para ajustar el déficit en 1,7 puntos del PIB. Tal y como explicó el ministro en funciones en la Comisión de Economía del Congreso, este año los estabilizadores automáticos aportarán en torno a un punto del ajuste y siete décimas más en el año 2017.
Con estas cuentas, Guindos asegura que se cumple la nueva senda que ha marcado Bruselas: rebajar este año el déficit del 5% de 2015 hasta el 3,6% y al 2,9% en 2017. El ajuste de este año incluye las medidas adoptadas por el ministerio de Hacienda en el último mes: un recorte del gasto público de la Administración Central de 2.000 millones de euros y un techo de gasto para las autonomías incumplidoras del 1,8%.
Así es como le salen los números a Guindos “sin cambio de política económica”, esto es, sin más ajustes. Sin embargo, la Comisión ya está dudando que España pueda salvarse de un nuevo esfuerzo fiscal. El problema es que esta será una tarea para el próximo gobierno, pero con la situación de bloqueo político que vive el país, los meses van pasando y cada vez queda menos tiempo. Si finalmente hay nuevas elecciones, el año 2016 ya estará casi agotado para empezar a aplicar cualquier ajuste, por lo que la carga tendría que ir sobre los Presupuestos de 2017 si España quiere salir del Procedimiento de Déficit Excesivo (PDE).