Va camino de ser una de las grandes adquisiciones del año. Por el valor, alrededor de 40.000 millones de dólares (35.000 millones de euros); y por el transfondo: dará lugar a un gigante de la química y al mayor productor de semillas transgénicas del mundo.
El gigante alemán Bayer está estudiando lanzar una oferta de compra por el grupo estadounidense Monsanto, según han asegurado a Bloomberg fuentes próximas a las negociaciones. Estas están aún en una fase muy preliminar. La transacción estaría valorada en los citados 40.000 millones de dólares. Es decir, el valor de Monsanto en bolsa que, tras la apertura de la sesión de Wall Street ha disparado su cotización más de un 10%.
Monsanto es un gigante que basa su negocio, sobre todo, en Estados Unidos, pero Bayer es el doble de grande: vale más de 84.000 millones de euros. El grupo con sede en Leverkusen ni confirma ni descarta la operación. Una de las alternativas, según Bloomberg, pasa por no fusionar las dos compañías como tales, sino sólo una parte y desinvertir otra para hacer caja. Por el momento, no hay decisión tomada.
Negocios compatibles
El eje de la operación sería transversal: Monsanto es fuerte en semillas y en las patentes de las mismas, mientras que Bayer, a través de su división de productos agrícolas, es relevante en herbicidas y control de plagas.
Si se culmina, Bayer se sumaría a la ola de fusiones y adquisiciones que vive el sector. Otros dos gigantes como Dow Chemical y DuPunt sellaron su fusión el pasado año valorada en 130.000 millones de dólares y el grupo chino ChemChina llegó a un acuerdo para comprar Syngenta, el gran rival de Monsanto, por 43.000 millones, aunque la operación aún no se ha cerrado y está pendiente del visto bueno de Competencia. Podría cerrarse antes de que acabe el año.
Precisamente, las autoridades europeas de Competencia pueden ser el gran problema con el que se encuentre una futura fusión entre Monsanto y Bayer. La lupa de la Comisión Europea está puesta en no recortar las opciones de los consumidores. Es esa la razón por la que, precisamente, acaba de bloquear a Telefónica la venta de su negocio en el Reino Unido, O2.