Malos tiempos para los fumadores españoles. Por un lado, a partir del próximo viernes, desaparecerán las cajetillas actuales para sustituirlas, gradualmente, por otras donde las imágenes sobre los daños que provoca el tabaco en la salud ganan absoluto protagonismo. Por otro, se inicia la cuenta atrás hacia la eliminación de componentes considerados ‘gancho’ para atrapar nuevos consumidores, como el olor (o sabor) a vainilla o chocolate. También los mentolados dirán adiós al mercado.
El motivo de los cambios: la Directiva sobre productos de tabaco que Bruselas aprobó en 2014 y que entra en vigor el próximo viernes 20 de mayo. En España lo hará de manera directa, sin transposición a la legislación española porque el Gobierno, ahora en funciones, no ha aprobado el borrador de proyecto de ley que redactó en agosto. Se quedó en el ‘cajón de los temas pendientes’ antes de las elecciones de diciembre de 2015 y ahí seguirá hasta la formación del nuevo Gobierno.
Así, las cláusulas de la Directiva que no permitían varias opciones a los Estados, como los componentes o las nuevas cajetillas y envases de tabaco de liar, serán obligatorias desde el viernes. En el caso de los componentes, quedan prohibidos los cigarrillos y tabaco de liar que tengan aromas o sabores (como la vainilla) porque se consideran un factor clave para atraer al hábito de fumar a lo más jóvenes. También quedan vetados aditivos como la cafeína, la taurina (un componente habitual en las bebidas energéticas) y las vitaminas.
En el caso de los mentolados, la desaparición será gradual. Podrán seguir vendiéndose hasta mayo de 2020. “En España, no hay presencia de cigarrillos con sabor a vainilla o chocolate, no se venden”, asegura Juan Páramo, portavoz de la Mesa del Tabaco, la asociación que aglutina a productores, fabricantes y distribuidores en España. “Sí se venden mentolados, pero no llegan a tener un 1% de cuota de mercado”, asegura, “Y no hay ninguna justificación científica”, de que sean más perjudiciales para la salud que el resto de productos del tabaco.
Imágenes, al 65% y marcas reducidas
Las nuevas cajetillas podrán convivir durante un año con las anteriores. Por tanto, el 20 de mayo de 2017 es la fecha tope para comercializar las actuales. En las nuevas, que ya están en proceso de fabricación, la principal novedad es la mayor presencia de las imágenes de advertencia y la reducción del espacio para los logotipos de las marcas. A partir de ahora, el 65% de la parte frontal y de la trasera estarán ocupadas por una de estas ilustraciones de advertencia. Hay tres juegos (con 14 imágenes diferentes cada uno) y cada año se utilizará un juego diferente.
En la frontal, con fondo amarillo, también se imprimirá el mensaje “ayuda para dejar de fumar” y la dirección de la web “puedesdejarlo.es”, dependiente del Ministerio de Sanidad. Y, en la trasera, sólo temporalmente, se mantendrá el precinto fiscal. Este existirá hasta que se ponga en marcha un nuevo código de trazabilidad que aún no está acordado, y que permitirá saber todo el recorrido de una cajetilla, desde su fabricación, hasta el punto de venta al que está destinado. Servirá para controlar el contrabando pero no será obligatorio para los cigarrillos y el tabaco de liar hasta 2019 y, hasta 2024, en el caso de los cigarros y el tabaco de pipa. Este último es el único punto de la nueva directiva en el que la industria está de acuerdo con la nueva Directiva.
En los laterales de los nuevos envases, el 50% de la superficie lo ocuparán dos mensajes: En uno, “fumar mata” y, en el otro, “el humo del tabaco contiene más de 70 sustancias cancerígenas”.
Las marcas sólo tendrán presencia en el 35% de la superficie delantera de los envases y en la parte superior e inferior de las cajetillas. En otras modalidades de tabaco (de pipa o cigarros) no se incluirán las imágenes, sí las advertencias escritas. Esa era una opción que la directiva dejaba abierta a los Estados. El borrador elaborado por el Gobierno de Rajoy, que no ha salido adelante, se decantaba por no incluir las imágenes en estos productos por considerar que no se dirigen a los más jóvenes. Como la Directiva no da una ‘orden’ directa, habrá que esperar a que haya una nueva ley para ver qué dice al respecto de este ‘tabaco’ adulto.
¿Hacia el tabaco genérico?
Para el sector, este nuevo modelo no servirá para frenar el consumo y animar a dejar de fumar. “Nos parecen medidas desproporcionadas porque no hay evidencia científica de que con mayores advertencias baje el consumo, sobre todo entre los más jóvenes”, asegura Juan Páramo. “Sí que erosiona el valor de las marcas”.
Uno de los temores del sector es que esta medida acerque las cajetillas hacia el empaquetado genérico, que ya se ha puesto en marcha en países como Australia. Lo hizo en 2012. Países europeos como Francia, Reino Unido, Irlanda y Hungría han preguntado a la Comisión Europea sobre si es posible ir más allá de la directiva y poner en marcha estos envases donde las marcas comparten tipografía y pierden colores y logos corporativos. España se ha opuesto por considerar que pone trabas al mercado único.
Nos parecen medidas desproporcionadas porque no hay evidencia científica de que con mayores advertencias baje el consumo, sobre todo entre los más jóvenes
Este empaquetado único, según la Mesa del Tabaco, tampoco sirve para reducir el consumo entre los menores, ni para frenar el contrabando. En Australia se puso en marcha en diciembre de 2012. Un año antes, indican, el consumo de tabaco entre menores era del 2,5% de la población de menos de 18 años. A finales de 2013 era el 3,4%.
En España, la llegada de las nuevas cajetillas llega justo en el momento en el que las ventas empiezan a recuperarse. En 2015, las ventas (incluyendo cigarrillos, tabaco de liar y cigarros) repuntaron un 0,46%. Fue la primera subida en cinco años, hasta alcanzar los 11.904 millones de euros. De esa cifra, 9.137 millones fueron a parar a Hacienda vía impuestos (especiales e IVA).