El dato de deuda pública que dio el miércoles el Banco de España sorprendió a todo el mundo. Nadie (o casi nadie) esperaba que en un solo trimestre, el pasivo de las administraciones públicas aumentase en 23.175 millones de euros, esto es, tanto como en los ocho primeros meses de 2015. Una subida tan fuerte que lleva a España a volver a superar el 100% de deuda sobre el PIB. O como se suele decir, las administraciones deben más que todo lo que produce el país en un año.
El dato exacto de deuda sobre PIB todavía está por determinar, ya que todavía no se conoce el dato exacto del PIB a precios corrientes, toca esperar hasta el próximo jueves 26, día que el INE publicará su primer cálculo. Si no conocemos una de las variables, ¿por qué se dice que ha superado el 100% del PIB? Porque un avance tan grande de la deuda, de 23.175 millones, hace imposible que el PIB haya crecido tanto como para dejar la ratio por debajo de este umbral. Hubiese sido necesario un crecimiento del PIB a precios de mercado en el primer trimestre superior al 1,3%. Es fácil imaginar que no llegará a esa cifra, ya que el IPC está en negativo -ha caído un 1,6% entre diciembre y marzo- y el PIB real (sin contar la inflación) y desestacionalizado avanzó un 0,8%. Sólo falta conocer el dato exacto, que será con casi total seguridad, superior al 100%.
Pero ojo, no es la primera vez que supera este umbral. De hecho, pese a que ha sido uno de los mantras del Gobierno de Mariano Rajoy, no es cierto que la deuda de las Administraciones Públicas no haya superado el 100% del PIB durante la legislatura. Lo hizo en el primer trimestre de 2015, cuando alcanzó el 100,2%, según los datos del Banco de España. En los siguientes trimestres, la deuda total siguió aumentando (5.400 millones en el segundo trimestre, 10.000 millones en el tercero y 4.900 en el último), pero como el PIB crecía a ritmos mayores, la ratio iba cayendo.
Al cierre del ejercicio, el porcentaje de deuda sobre el PIB se había reducido hasta el 99,2% del PIB, una décima menos que en el año anterior, lo que permitió al Gobierno presumir de que por primera vez desde el año 2007 se reducía esta proporción.
¿De dónde viene la confusión?
Este aumento de la deuda pública que, como ha quedado reflejado, probablemente superará el 100% del PIB, ya ocurrió en 2015, aunque pasó desapercibido. El motivo es que el Banco de España y la Intervención General del Estado (IGAE) tuvieron que revisar al alza los datos de la deuda pública por mandato de Eurostat, que previamente había sido consultada por el INE. El problema era cómo catalogar la deuda de BFA, empresa matriz de Bankia, como adelantó EL ESPAÑOL.
La entidad pasó a clasificarse como empresa dependiente de la Administración Central, lo que significa que hay que computar sus pasivos como deuda pública. Esta actualización obligó a recalcular la deuda del Estado en el primer trimestre de 2015, que se vio incrementada en cinco décimas del PIB, del 99,7 al 100,2% del PIB. En otras palabras, el pasivo de la matriz de Bankia supuso un nuevo aumento de la deuda de unos 5.000 millones de euros.
De este modo, para que la ratio de deuda sobre el PIB haya superado en marzo su máximo histórico de toda la serie del Banco de España, será necesario que supere este 100,2% del PIB. Para que así sea, es necesario que el PIB que va a publicar el INE avance menos de un 1,2% a precios corrientes. Con el IPC cayendo, es posible que el resultado final de endeudamiento sí sea histórico. Una despedida por todo lo alto para el Gobierno en funciones de Rajoy.
Desde el Ministerio de Economía confían en que al final del año –y con las medidas adoptadas- consiga cumplir con el objetivo de rebajar la deuda hasta el 99,1% del PIB. Este es el compromiso adquirido con la Comisión Europea tras la actualización del Plan de Estabilidad.
Una gran preocupación
La deuda pública en estos niveles es una bomba de relojería. Cualquier aumento de la prima de riesgo puede poner las cosas muy difíciles a las administraciones públicas, pero hay otro dato que es todavía más preocupante (si es que es posible), el de la posición inversora neta de España (NIIP, por sus siglas en inglés, net international investment position). Este indicador refleja el total de activos y reservas que tienen los residentes en España (tanto públicos como privados) menos sus deudas. Por ejemplo, un país que tenga una deuda externa de 1 billón de euros y, al mismo tiempo tenga activos extranjeros también de 1 billón, su posición neta será de cero.
Lo que refleja este indicador es la dependencia que tiene un país de la financiación exterior. Japón siempre es un ejemplo en este sentido, ya que aunque su deuda pública esté en el 230% del PIB (más del doble que la española), se financia mayoritariamente con el ahorro privado de sus ciudadanos, por lo que su situación acostumbra a ser holgada: consigue colocar deuda sin problemas a precios bajos.
España es uno de los países de Europa con una situación externa más delicada, lo que sitúa al país en una situación de gran debilidad. En concreto, la deuda neta de España al cierre de 2015 se situó en el 90,5% del PIB, que en euros son 978.321 millones, según los datos de Eurostat. Ningún país de la Unión Europea tiene una posición externa tan mala, de hecho, la deuda externa neta de España es casi tan grande como la de los tres países que le siguen entre las peores posiciones: Italia, Francia y Grecia. Estos tres países tienen, conjuntamente, 61.000 millones más de deuda externa neta que España, un 6% más.
España consiguió mejorar su situación externa en 2015 y reducir su deuda neta en 16.600 millones de euros gracias al esfuerzo ahorrador del sector privado. Sin embargo, su situación sigue siendo muy delicada. Por ejemplo, el Tesoro Público (que se encarga sólo de una parte de toda la deuda de las Administraciones Públicas) tiene el 53% de su deuda en manos de no residentes. En euros son 427.000 millones. Más de un 40% del PIB. Más vale que sigan confiando en España.