La Comisión Europea presentará mañana una extensión del Plan de Inversiones conocido como Plan Juncker. Fuentes comunitarias explican que antes de que el Plan haya cumplido su primer año, ya se han conseguido movilizar 100.000 millones de euros de inversión, lo que supone casi un tercio del objetivo total de activar 315.000 millones en un periodo de tres años. La extensión que plantea la Comisión será tanto de los fondos movilizados como del tiempo de duración del Plan, que en principio acaba en 2018. Los detalles de la extensión del programa se conocerán el miércoles.
Una de las obsesiones de Bruselas es revitalizar la economía europea y la inversión. Una vez que los países de la eurozona han ajustado sus presupuestos públicos y han conseguido rebajar el déficit de la región hasta el 2,4% del PIB, llega el momento de pensar en cómo generar las condiciones para garantizar el crecimiento a corto, medio y largo plazo. Pero para convencer al ala dura, más reticente a la inversión pública, era necesario que los países incumplidores, como España, ajustasen su situación presupuestaria. Primero estabilidad presupuestaria y después inversión.
Hasta abril de 2016 el Fondo Europeo para Inversiones Estratégicas, que canaliza la inversión del Plan, ha empleado 12.800 millones de euros de inversión (9.300 millones para proyectos de infraestructuras e innovación y 3.500 millones para pymes), para proyectos que suponen la movilización de 100.000 millones de euros. Estos fondos no se reparten por países ni por sectores, sino que se destinan a proyectos concretos que presenta el sector privado a la Comisión. Posteriormente Bruselas analiza el proyecto y si se ajusta a los requisitos concede los fondos públicos y también hace un seguimiento de que las empresas cumplen con el plan establecido.
Los deberes de España
A pesar de todo lo que necesita España proyectos de inversión, es uno de los países que más está desaprovechando las oportunidades que ofrece el Plan Juncker en comparación con el tamaño del país. Los proyectos aprobados en España cuentan con un apoyo de 747 millones de euros, muy lejos de los 1.603 que ha conseguido Italia y mucho más de los 2.186 millones de Francia.
España todavía tiene deberes que hacer, en especial en lo que se refiere a los proyectos de financiación a pymes. Este es el sector en el que más flojea. Por ejemplo, en Italia ya hay aprobados 27 proyectos de inversión para pequeñas y medianas empresas de los que se beneficiarán 44.370 compañías. Por el contrario, en España apenas hay firmados 8 proyectos para pymes, casi cuatro veces menos que Italia, y que beneficiarán a 17.680 empresas.
La Comisión Europea no reparte el dinero disponible por los distintos Estados miembro, lo que significa que cada país tiene que hacer los deberes para conseguir su parte del Programa. España va con un retraso evidente respecto al resto de países, por lo que la Comisión Europea está redoblando sus esfuerzos para hacer llegar a las pymes la existencia de este programa de inversiones y la posibilidad de adherirse a él. Para conseguirlo, representantes de Bruselas están recorriendo España para promocionar el Plan Juncker y extender sus efectos por todo el país.