Los ministros de Economía y Hacienda en funciones, Luis de Guindos y Cristóbal Montoro, no se han cansado de repetir en los últimos días que tienen plena confianza en que la Comisión Europea no multará a España por incumplir su objetivo de déficit de 2015. Lo importante es que el conjunto de las Administraciones Públicas están reduciendo el déficit. Sin embargo, las cifras del déficit del Estado (esto es, sin contar las comunidades autónomas, las corporaciones locales) alcanzó el 1,25% del PIB, según ha informado el Ministerio de Hacienda.
En total, el déficit de los cuatro primeros meses del año fue de 13.981 millones de euros, lo que significa que el Estado ha aumentado su desfase presupuestario respecto al mismo periodo del año anterior. Si este año el déficit es del 1,25% del PIB, en el mismo periodo de 2015 fue del 1,12%, esto es, 13 décimas del PIB menos. Si España está haciendo los deberes en cuanto al déficit, de momento no es gracias a la labor del Estado (Administración Central y Seguridad Social).
Este desfase acumulado por el Estado hasta abril que dificulta mucho el cumplimiento del objetivo marcado por el Gobierno para el conjunto del año, que es del 2,9% del PIB (un 1,8% para la Administración Central y un 1,1% para la Seguridad Social). Teniendo en cuenta que sólo ha pasado un tercio del año, se ha comido ya casi un 45% del objetivo para todo el año.
La situación del Estado es todavía más complicada si se tiene en cuenta que la Seguridad Social está en superávit. En concreto, hasta abril suma un saldo favorable de 2.950 millones de euros, aunque inferior al del año pasado, cuando fue de 3.783 millones. Esto significa un superávit del 0,26% del PIB, lo que deja al déficit de la Administración Central en el 1,51% del PIB en el primer cuatrimestre, cuando el objetivo para todo el año es, en su caso, del 1,8%. A este ritmo, Montoro será incapaz de cumplir su propio objetivo de déficit.
La rebaja de impuestos
El deterioro de las cuentas del Estado se ha producido, principalmente, por las rebajas de impuestos que el Ejecutivo ha ido aprobando en estos últimos años (la última la reducción del Impuesto de Sociedades), mientras que el gasto público sí que se ha reducido respecto al año 2015. Los recursos no financieros se redujeron un 6,23% respecto al mismo periodo del año anterior, al pasar de 55.970 millones hasta 52.483 millones de euros. Un descenso que se produce en un momento de fuerte expansión de la economía, lo que eleva las bases imponibles y contribuye a elevar los ingresos tributarios. Pero ni con esas el Estado consigue reducir el impacto sobre las cuentas públicas de las rebajas de impuestos.
La recaudación impositiva en los cuatro primeros meses del año cayó un 8,3% respecto al mismo periodo del año anterior. El deterioro se produjo principalmente por el desplome de los ingresos por IRPF y Patrimonio, que suponen en torno a un cuarto de la recaudación, y que descendieron un 25,2%. Por si fuera poco, los ingresos por el Impuesto de Sociedades cayeron a menos de la mitad: de 8.603 millones en 2015 a 4.244 millones, por el impacto de la reforma tributaria y la desaparición de medidas transitorias que existían en ejercicios anteriores. Una buena parte de este impacto sobre Sociedades tiene sólo un efecto de calendario, por lo que para el conjunto del año quedará amortiguado.
Esta misma mañana, Guindos ha explicado a los periodistas que es posible rebajar el IRPF y cumplir al mismo tiempo con la senda de reducción del déficit. En lo que corresponde al Gobierno central, en lo que va de año han elevado el desfase de las cuentas públicas un 10% y ponen en peligro el objetivo para el conjunto del año. Todo esto con un aumento de la recaudación cíclica y una reducción del gasto público.
El Ministerio de Hacienda explica, en su nota sobre el déficit público que "en cualquier caso, la reforma fiscal va a beneficiar a las empresas en su competitividad y fortaleza financiera, lo que repercutirá en su crecimiento y en la creación de empleo, de tal manera que todo esto acabará repercutiendo en una mayor recaudación fiscal". Por su parte, los impuestos que no se han tocado, como es el caso del IVA, han experimentado un aumento de su recaudación de un 2,3% respecto al mismo periodo del año anterior.
Al mismo tiempo, el Estado central sigue haciendo esfuerzos para reducir el gasto público. Sin contar la partida financiera, el Estado redujo su gasto un 2,3% respecto al mismo periodo del año anterior, hasta los 66.464 millones de euros. Algunas partidas se redujeron por el momento cíclico positivo que vive la economía española, como las transferencias al SEPE (Servicio Público de Empleo Estatal), que permitieron reducir las trasferencias corrientes entre Administraciones Públicas (la mayor partida del gasto) un 3,8%, hasta los 37.907 millones de euros.
Entre las partidas del gasto público que aumentaron respecto a 2015 se encuentra la inversión en Formación Bruta de Capital Fijo, que creció un 6,8% hasta los 1.404 millones de euros. También destaca la subida del gasto público para pagar las pensiones, un problema creciente para España. La consecuencia es que el gasto en prestaciones sociales (sin contar transferencias en especie) se incrementó un 5,4%.
Extremadura ya ha suspendido
Las comunidades autónomas están haciendo sus deberes este año para ajustar su déficit a las exigencias comunitarias. El objetivo para las regiones es dejar su déficit en el 0,7% de su PIB al cierre del año y en el primer trimestre llevaban un desfase del 0,13%, por lo que están en la senda correcta. Esta cifra supone un descenso del déficit de las autonomías con respecto al mismo periodo del año anterio del 24,7%, hasta dejarlo en 1.846 millones de euros.
Sin embargo, el buen camino del conjunto de las comunidades no significa que todas estén igual de bien, todo lo contrario, mientras algunas tienen un importante superávit, como son el País Vasco, con un saldo positivo del 0,38%, o Asturias, con un 0,14%; hay otras que tienen muy difícil cumplir con sus objetivos. La peor situación es la de Extremadura, que en el primer trimestre del año ya ha superado el objetivo de déficit para todo el año con un desfase del 0,94% de su PIB. El año pasado, en los tres primeros meses del año, su desfase era casi la mitad, del 0,48%.
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