González-Páramo: “El BCE subió los tipos en 2008 para no perder su credibilidad”
El último español en el comité ejecutivo del banco central defiende la decisión: “Nadie tenía la bola de cristal de saber que el Tesoro de EEUU iba a dejar caer Lehman Brothers”.
13 junio, 2016 14:48Noticias relacionadas
Entre los años 2008 y 2011 el Banco Central Europeo (BCE) adoptó una serie de decisiones que han estado entre las más criticadas de toda la crisis. Para muchos, esta actuación del BCE, contraria a la de la Reserva Federal, está en la base de la diferencia de la recuperación económica en Europa y de EEUU. En esos años, la entidad europea subió los tipos de interés en dos fases, una vez en julio de 2008, dos meses antes de la quiebra de Lehman Brothers, y otra en 2011, antes de que muchos países europeos volvieran a caer en recesión..
José Manuel González-Páramo era miembro del Comité Ejecutivo del BCE en esos años y esta mañana, en el marco del seminario de la UIMP ¿Qué hemos aprendido de la crisis? ha querido repasar esta etapa oscura de la entidad. Páramo ha defendido las decisiones adoptadas por el Consejo de Gobierno durante esos años, primero porque “fue el primer banco central en inyectar liquidez a los mercados en agosto de 2007”.
Sin embargo, los verdaderos problemas empezaron un año después, con la caída de Lehman Brothers: “Nadie tenía la bola de cristal para saber que la entidad iba a ser abandonada en septiembre por una decisión del Tesoro de EEUU”, ha apuntado para justificar la subida de tipos de julio de 2008. Además, “las expectativas de inflación en Europa llegaban al 4%, por lo que el BCE tenía que lanzar una señal, no tenía otra alternativa si no quería perder su credibilidad”. En cualquier caso, González-Páramo defiende que la subida de los tipos de interés de 25 puntos básicos no fue la culpable de la crisis económica.
Las expectativas de inflación en Europa llegaban al 4%, por lo que el BCE tenía que lanzar una señal, no tenía otra alternativa si no quería perder su credibilidad
González-Páramo también ha señalado que la diferencia entre la actuación de la Reserva Federal, que empezó a inyectar liquidez al mercado en cuanto estalló la crisis, y la pasividad del BCE se produjo por la diferencia del sistema financiero a uno y otro lado del Atlántico. En EEUU la banca apenas ocupa un tercio de la financiación de las empresas, por lo que, “para la Fed era fundamental que el mercado no se cayese”, sin embargo, en Europa son los bancos los que ocupan este papel y “nadie contaba con que una crisis muy prolongada de liquidez, lentamente se fuera transformando en una de solvencia”.
Una regulación más justa
González-Páramo es actualmente consejero ejecutivo del BBVA, por lo que no ha querido desaprovechar su intervención sin instar a los reguladores a elaborar una normativa que no perjudique a la banca de la eurozona en comparación con las entidades foráneas y la revolución de las fintech. “La mentalidad de los reguladores tiene que estar abierta”, ya que no es tolerable que “entidades que están preparadas para competir con las fintech, no puedan hacerlo por el hecho de estar sujetos a la regulación bancaria”.
La transformación digital es una gran oportunidad para la banca de reparar los errores de los últimos años y para buscar modelos más eficientes que eleven los beneficios. Para BBVA la apuesta tecnológica es un pilar fundamental de su modelo de negocio, aunque reconoce que también requiere una gran inversión. “A algunos bancos la inversión necesaria les va a costar entre uno y dos años de dividendos”, ha explicado.
No es tolerable que las entidades que están preparadas para competir con las fintech, no puedan hacerlo por el hecho de estar sujetos a la regulación bancaria
Sin embargo, la verdadera pelea de los bancos para conseguir beneficios se centra hoy en cómo conseguir un margen de rentabilidad cuando los tipos de interés están en cero o son, incluso, negativos. González-Páramo ha alertado de que esta situación no es sostenible: “No sé cuánto tiempo pueden aguantar los bancos”. “Pueden tratar de capear el temporal desapalancándose, desinvirtiendo e incluso ajustando costes, pero no sé cuánto tiempo pueden pasar así”, ha remarcado.
El consejero ejecutivo de BBVA ha recordado que “si el negocio fundamental de los bancos es arbitrar plazos, con una curva de tipos de interés plana o ligeramente negativa es muy difícil”. La consecuencia es que, actualmente, la rentabilidad de algunos sectores no da como para pagar los costes de capital.