El estallido de la burbuja bancaria provocó también el estallido de la burbuja bancaria en España. Rápidamente el sector comprendió que estaba sobredimensionado, tanto en número de entidades, como de oficinas y empleados y empezó entonces el ajuste. Actualmente hay un 30% menos de oficinas y trabajadores y el proceso todavía no se ha terminado. Así lo sugiere el presidente de la Asociación Española de Banca (AEB), José María Roldán: “Parece razonable que se siga produciendo, no se puede decir que el proceso se ha acabado”. El presidente de la patronal de banca ha explicado que el sector tiene que estar “atento para mejorar el servicio al cliente y hacerlo más eficiente” y una parte de esa eficiencia es el cierre de oficinas y el despido de trabajadores.
La mejora de eficiencia también puede producirse a través de las fusiones de bancos, que permitan generar sinergias (y así cerrar una parte de las oficinas) o aprovechar las ventajas de ganar tamaño, ya sea para la gestión de las entidades, como para reducir sus costes de financiación. “Yo siempre he sido defensor de los rendimientos crecientes de la escala”, ha explicado Roldán, por lo que “siempre es una opción que está a disposición de las entidades”.
Parece razonable que se siga produciendo, no se puede decir que el proceso se ha acabado
Sin embargo, ha recordado que cualquier proceso de integración lleva su tiempo y para avanzar, tiene que generar sinergias positivas. No se puede forzar a que las entidades se fusionen al azar. Cualquier operación “tiene que ser interesante para las entidades que están inmersas en el proceso”, ha apuntado Roldán.
Ojo con los impuestos
José María Roldán ha asistido esta mañana a los cursos de verano de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo organizados por la APIE con el patrocinio de BBVA. En este marco, ha advertido a los partidos que tengan tentación de elevar los impuestos a la banca que se lo piensen dos veces. “Como antiguo experto en fiscalidad tengo que decir que los impuestos se repercuten”, por lo que “hay que ver quién acaba pagando esos impuestos”. De este modo, advierte que las entidades podrían acabar trasladando el coste del impuesto a sus clientes. Esto significa que podría acabar recayendo en una subida de las comisiones de los productos financieros o bien modificando los tipos de interés que se aplican a las distintas operaciones de préstamo o depósito.
Como antiguo experto en fiscalidad tengo que decir que los impuestos se repercuten
Unidos Podemos es quien ha ido más lejos con este discurso, ya que ha incluido en su programa electoral la introducción de un impuesto de solidaridad a los bancos que se utilice para devolver el rescate financiero que recibió España en 2012 y que superó los 40.000 millones de euros. Una cifra muy abultada que exigiría también un impuesto ambicioso.
Roldán ha querido recordar que la mayor parte del sector financiero no recibió ningún tipo de ayuda pública, por lo que sorprendería que fuesen ahora los encargados de pagar el rescate. “El 70% de las entidades salieron adelante sin ayudas públicas”, pero no sólo eso, cuando se ayuda a una entidad, “lo que se hace es rescatar a los depositantes, no a los accionistas. Nosotros generamos dinero ajeno”.
Por último, ha alertado que este impuesto aplicado a nivel nacional supone un riesgo al proceso de integración en Europa, ya que contribuiría a generar un mercado más fraccionado en cuanto a la regulación. “En la medida que este tipo de impuestos se hagan con carácter nacional terminarán desvirtuando la intención de ir hacia un mercado único”, ha apuntado Roldán. En su opinión, “medidas bienintencionadas pueden alejarnos de nuestro objetivo de integración y la unión bancaria”.
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