Uno de los sectores más golpeados por la crisis ha sido el bancario. Muchas entidades llegaron al estallido de la burbuja inmobiliaria como auténticos zombis que sólo sobrevivían a base del ahorro exterior, en especial, las cajas de ahorro, pero cuando se cortó el grifo, empezó el desplome. Fue entonces cuando todo el mundo comprendió, en especial los dirigentes políticos, que el tamaño de la deuda de muchas entidades las había llevado a una situación de quiebra técnica. Además había otro grave problema: el tamaño de las redes comerciales. Cuando todo eran hipotecas y créditos, no había ningún problema por tener exceso de capacidad, pero cuando la actividad se frenó en seco, llegaron los problemas: cierres de oficinas y despidos.
El resultado es que el sector financiero ha destruido 71.000 empleos desde enero del año 2009, según los datos de afiliaciones recopilados por el Ministerio de Empleo. Los datos desagregados por sectores que publica Empleo van hasta esa fecha, por lo que no se puede comparar con los años en los que la burbuja financiera se hinchaba más rápido. Sin embargo, la quiebra de Lehman Brothers ocurrió en septiembre de 2008 y la crisis tardó unos meses en llegar a España, por lo que los datos de enero de 2009 son bastante representativos de la situación en la que estaba el sistema bancario español antes de que la crisis lo desmoronara todo.
En enero de 2009 había casi 400.000 personas afiliadas a la Seguridad Social en el sistema financiero (banca y seguros) y en enero de este año había menos de 325.000 empleados. En concreto son 71.491 puestos de trabajo destruidos entre despidos y prejubilaciones. En otras palabras: uno de cada cinco empleos del sistema financiero se han destruido durante la crisis. Y eso antes de que el Banco Santander empiece a negociar con los sindicatos los despidos que conlleva su plan de cerrar en torno a 450 oficinas.
La reforma laboral
El ritmo de destrucción de empleo en el sector financiero fue más intenso durante los cinco primeros años de la crisis, pero en especial desde la reforma laboral aprobada por el Partido Popular. En 2012 se destruyeron 12.500 empleos y en 2013 se eliminaron otros 13.500 empleos. En ese año, un 5% de la plantilla del sector se fue a la calle, esto es, por cada 20 puestos de trabajo, uno se suprimió. Este ajuste se frenó en seco en 2015, de modo que la plantilla del sector financiero apenas varió durante todo el año. Está por ver cuál es el impacto ahora del ajuste del Santander.
La mayoría de los bancos y cajas de ahorro con presencia en España han realizado algún ERE desde el estallido de la crisis. Una buena parte de estos despidos se firmaron como consecuencia del proceso de consolidación del sector: a medida que las entidades se fusionaban, o se compraban unas a las otras, se iban eliminando oficinas y puestos de trabajo.
Los EREs de Bankia, CaixaBank, Sabadell, BBVA o Liberbank son sólo unos ejemplos del ritmo de ajuste que ha llevado la banca en los últimos años. Una buena parte de estos despidos se realizaron con prejubilaciones en una situación ventajosa para las empresas y los trabajadores, por lo que todo no fueron bajas involuntarias. El último Expediente de Regulación de Empleo que se puso en marcha fue el de BBVA después de adquirir CatalunyaCaixa que afecta a algo más de 1.500 trabajadores de la entidad catalana. Precisamente esta semana BBVA ha iniciado el proceso de fusión de las dos entidades, aunque, por el momento, ha decidido mantener la cabecera de CatalunyaCaixa en funcionamiento.
De Madrid a Valencia
La comunidad donde más empleos de banca se han destruido es una de las que más creció a base del pelotazo inmobiliario: la Comunidad Valenciana. De hecho, también era una de las regiones en las que había más trabajadores por habitante: 8 empleados por cada 1.000 habitantes en enero de 2009. Desde entonces ha destruido un 29,2% de los puestos de trabajo que tenía, hasta quedarse en 26.500 trabajadores.
De este modo, ahora hay 5 trabajadores del sector financiero por cada 1.000 habitantes en la Comunidad Valenciana. Pero hay otras regiones que han destruido mucho empleo en este sector: en La Rioja se han suprimido el 28,3% de los empleos, en Aragón el 27,8% y en Navarra, el 27,4%.
Donde menos se ha sentido el ajuste ha sido en la Comunidad de Madrid, un dato que tiene sentido si se valora que es donde están las sedes de las entidades. Además, es donde las dos grandes entidades: Santander y BBVA, han concentrado una buena parte de sus servicios centrales y de desarrollo tecnológico: en sus ciudades de Boadilla y Las Tablas (Madrid). En el año 2009, había 17 empleados de banca por cada 1.000 habitantes en la Comunidad de Madrid y ahora hay 16 empleados, casi tres veces más que la media nacional.