“En sólo un día, el Reino Unido perdió dos trillones de libras, una destrucción de valor que no se había visto en 30 años”, aseguró este jueves Andrew Ward, socio de Derecho Comunitario y Competencia del bufete Cuatrecasas durante un foro sobre las consecuencias del adiós británico al proyecto comunitario.
Sólo han pasado dos semanas del referéndum que abrió la puerta al ‘brexit’ y ya nadie duda de la tormenta financiera que ha levantado. Tras el desplome del valor de la libra, llegó el temor a una fuga masiva de empresas y a la pérdida de influencia económica y política. Londres puede perder su City y los cerca de 750.000 empleos que genera vinculados al sector financiero.
¿Hay alguna alternativa para que Londres siga siendo el corazón financiero de Europa? Sí, se llama Noruega. “Sólo hay dos opciones, el modelo noruego y todo lo demás”, apuntó el también socio del bufete, Fernando Mínguez.
La opción noruega, básicamente, pasa por que el Reino Unido, una vez abandone su estatus actual (un proceso que se alargará durante varios años) pase a ser miembro del Espacio Económico Europeo. Esta conversión conllevaría que “aceptara toda la legislación del Mercado Interior (es decir, la libertad de movimiento de capitales, personas, servicios y mercancías)” pero, a cambio, también tendría que contribuir al presupuesto comunitario. “Es lo mismo que hasta ahora pero sin tener voz en Bruselas”, indicó Ward. Así, el Reino Unido podría ‘disfrutar’ de las cuatro libertades del proyecto europeo, pero no tendría capacidad de voto, ni de bloqueo, en las instituciones comunitarias.
El día después, fuera de la ley
La opción noruega es la única que permitiría al Reino Unido mantener en su territorio las sedes de las compañía que han optado por las islas como puerta de entrada al resto de Europa. “Hay actividades que al día siguiente de la salida de la Unión Europea estarán fueran de la ley”, argumentó Mínguez. Y precisa: “Si se opta por el modelo noruego, [la situación actual] no cambiaría mucho, sus entidades financieras conservarían ‘el pasaporte comunitario’, estarían dentro del Mercado Interior, su derecho se mantendría en la misma línea y mantendrían la regulación actual la regulación”, enumeró.
¿De cuántas entidades financieras hablamos? “En Londres hay 250 bancos extranjeros. En España, el censo total de bancos es de 70 entidades y, de ellas, 15 son españolas”, apuntó, porque Londres es la primera plaza financiera y la puerta de entrada a Europa de terceros países, allí se hace casi toda la negociación de derivados, las actividades mayoristas de la banca y es donde están los servicios de fintech”.
Y si no se opta por esa vía, el resto de alternativas posibles, conllevaría que las empresas, bancos y reguladores de la City trasladen su sede o creen otra, bien en Irlanda o en el continente. “La EBA [la Autoridad Bancaria Europea] está en Londres y ahora se tendrá que ir, lo mismo sucede con las cámaras de compensación de derivados, el Banco Central Europeo ya criticó que estuviera allí, en una ciudad donde no se opera en euros, pero como es parte de la Unión Europea puede hacerlo”, apuntó Mínguez. “El BCE, con el ‘brexit’ no van a permitir que la compensación o la custodia de derivados siga en Londres”.
También el sector de las finanzas tecnológicas, el fintech, saldría perdiendo en caso de ‘mudanza’, a no ser que sea de forma coordinada. En opinión del abogado de Cuatrecasas especializado en Derecho Regulatorio Financiero cree que “se verá muy dañado porque para él es muy productivo que estén todos los actores del sector juntos”.
“No os va a gustar”
Sobre la mesa, la opción noruega parece la más apetecible si se quiere mantener la situación actual, aunque la primera ministra del país nórdico no opina lo mismo. “No os va a gustar”, aseguró Erna Solberg en una entrevista a Politico con la que intentaba convencer a los británico de que no dijeran sí al ‘brexit’.
Noruega ha dicho 'no' a formar parte de la Unión Europea en dos ocasiones, en 1972 y 1994, pero forma parte del Mercado Interior. A cambio acepta nomas sobre las que no opina y aporta al presupuesto comunitario 447 millones de euros anuales hasta 2021.
La primera ministra noruega, conservadora y europeísta, advertía a los británicos sobre el marco con el que convive su país. “Este tipo de conexión va a ser difícil para el Reino Unido porque Bruselas va a decidir sin que los británicos puedan participar en la toma de decisiones”. Noruega forma parte del Espacio Schengen, pero se queda fuera de las decisiones comunitarias en materia de agricultura, pesca, justicia o interior.