La CNMC (Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia) ha publicado el primer informe sobre las comisiones por la retirada de efectivo en los cajeros automáticos, una guerra que se inició en 2015 y que obligó al Banco de España y al Gobierno a intervenir por el escándalo social de la comisiones por retirar efectivo.
La autoridad de la competencia recuerda que en marzo de 2015 comenzó el cambio en la operativa de las redes de cajeros. "Se pasó de un sistema multilateral en el que las entidades acordaban compartir su red de cajeros a cambio de una tasa previamente pactada entre ellos, a otro en el que cada entidad o grupo de entidades cobra al resto una comisión que unilateralmente decide por el uso de su red", señala el organismo que dirige José María Marín Quemada.
La autoridad de la competencia dice que las entidades propietarias de la red han triplicado la comisión que cobran a otros bancos, que ha pasado de 0,65 euros a una horquilla entre 1,80 y 2 euros. La CNMC recomienda "exigir a las entidades propietarias de cajeros mayor transparencia en los precios que cobran" a las entidades emisoras de tarjetas. Según sus datos, la retirada de efectivo representa el 74% de las operaciones que se realizan en los cajeros.
La guerra de los 2 euros
La silenciosa batalla por las comisiones en los cajeros comenzó a comienzos de 2015 y se recrudeció en verano. Primero fue La Caixa quien probó suerte en febrero. Tras la estela del banco catalán acaban de entrar en juego BBVA y Santander, los dos buques insignias del sistema financiero en España.
En suma, estas tres mayores entidades de ahorro coincidieron en aplicar una comisión de 2 euros a sus ‘no-clientes’ cada vez que iban a sacar en uno de sus 20.000 cajeros automáticos repartidos por toda España, Las tres representan casi la mitad, el 42%, de toda de la red de cajeros.