Un hombre de Guindos. El ministro de Economía eligió a Fernando Jiménez Latorre (1957) en el primer Consejo de Ministros del Gobierno de Mariano Rajoy, celebrado el 26 de diciembre de 2011, para ser su secretario de Estado de Economía. Fue su regalo de Navidad, aunque su misión no sería sencilla, ya que fue el encargado de pilotar desde el Ejecutivo los “ajustes” (recortes) con los que salir de la recesión y de justificarlos ante la opinión pública.
Después de adoptar las medidas económicas más duras, Jiménez Latorre abandonó la Secretaría de Estado en 2014, rumbo al Fondo Monetario Internacional, un retiro dorado por el que han optado otros muchos políticos. El último ejemplo es el de José Manuel Soria. El exministro de Industria buscó en la institución con sede en Washington un final relajado y rentable a su carrera política hasta que la nominación se vio truncada por la presión pública. Ahora Guindos vuelve a tirar de Jiménez Latorre para ocupar este puesto y para calmar la tormenta.
Su nombre no pilla por sorpresa, porque era el segundo en la lista. El pasado viernes, el mismo día que nombró a Soria candidato, Economía otorgó a Jiménez Latorre la candidatura al otro gran cargo internacional en liza: el de director alterno del FMI. Hasta ahora, durante estos dos últimos años, ha ocupado el puesto de director ejecutivo de la entidad dentro de la silla rotatoria que España comparte con siete países latinoamericanos. Guindos vuelve a tirar de él.
La elección de Jiménez Latorre sirve para calmar (en cierta medida) el escándalo generado tras la designación de Soria. En primer lugar porque se trata de un político que ha permanecido durante toda su carrera en un segundo plano (su puesto de mayor relevancia en España ha sido el de secretario de Estado), por lo que no está tan expuesto. De hecho, buena parte de su carrera ha transcurrido en instituciones internacionales, como la OCDE o el FMI. Tampoco está relacionado con casos de corrupción, lo que contrasta con la designación de Soria.
Jiménez Latorre había sido elegido el pasado viernes para ocupar el puesto de representante de España en el Fondo Monetario Internacional (FMI) como director alterno de la entidad. Esa fue la misma ronda de nombramientos en la que se designó a Soria como candidato al Banco Mundial. Esto significa que el Gobierno tendrá que buscar otro candidato para el FMI, aunque desde el Ministerio aseguran que tienen unas semanas para buscar un sustituto. El cargo urgente era el del Banco Mundial, ya que el la institución puso como límite la medianoche del miércoles para tener a un nuevo perfil sobre la mesa.
Cambio de cromos
La selección de Jiménez Latorre ha sido realizada por la Comisión de Evaluaciones, que está presidida por Íñigo Fernández de Mesa, como secretario de Estado de Economía. Este es un cargo que Jiménez Latorre conoce bien. Muy bien. Era su puesto hasta 2014.
Fernández de Mesa también es un hombre de la casa. Al inicio de su mandato, el Gobierno de Rajoy le designó secretario general del Tesoro y Política Financiera. A efectos prácticos se situaba un puesto por debajo de Jiménez Latorre.
Pero Fernández de Mesa no tardó mucho en dar un salto. Su hora llegó en septiembre de 2014, cuando Jiménez Latorre dio el salto al FMI y dejó libre el puesto de secretario de Estado de Economía, para el que fue designado. En otras palabras, el sucesor de Jiménez Latorre ha sido quien ha presidido su nombramiento al Banco Mundial.
Pero las coincidencias no acaban aquí, ya que el actual secretario de Estado también conoce bien el cargo para el que ha nombrado a Jiménez Latorre. Lo conoce al detalle. Tanto, como que él mismo ocupó este puesto entre 1996 y 1999. En definitiva, no deja de ser un cambio de cromos de dos caras que han sido muy próximas a Guindos durante la última legislatura.
Economía insiste que la selección de los candidatos se realiza por “el criterio de idoneidad y el historial de servicio público”, por lo que no se trata de una decisión política. Sin embargo, esto contrasta con la elección de Fernández de Mesa de 1996. Hace casi dos décadas de este nombramiento, lo que significa que en aquel momento tenía apenas 29 años. Entre sus méritos estaba el de ser Economista y también tener la plaza de técnico comercial y economista del Estado, pero no tenía ese “historial de servicio público” que teóricamente impera en este tipo de nombramientos.
Un perfil ligado al Ministerio
Latorre, nacido en Madrid en 1957, es licenciado en Económicas y Empresariales por la Universidad Complutense de Madrid y forma parte del Cuerpo de Técnicos Comerciales y Economistas del Estados. Su perfil profesional está estrechamente ligado al Ministerio de Economía. En 1989 fue nombrado vocal asesor del gabinete de cuando la cartera estaba encabezada por el socialista Carlos Solchaga. Posteriormente ocupó el cargo de consejero económico y comercial en la Representación Permanente de España ante la Unión Europea en Bruselas.
Casi una década después, en 1998 se convirtió en subdirector general de Política Macroeconómica y Economía Internacional y entre 2000 y 2002 fue subdirector general de Economía Internacional en la Dirección General de Política Económica del Ministerio de Economía. El 2 de agosto de 2002 fue nombrado director general de Defensa de la Competencia por el Gobierno que encabezaba José María Aznar. Se mantuvo en el cargo hasta mayo de 2004, cuando fue sustituido por Nadia Calviño tras la victoria socialista en las elecciones generales de marzo de 2004.
Con la vuelta del PP al Gobierno, en 2011 se convirtió en secretario de Estado de Economía bajo el paraguas de Luis de Guindos. Un cargo en el que permaneció hasta 2014, cuando tomó rumbo al FMI.
Justificar los recortes
Y en esta etapa, le tocó justificar las consecuencias de las medidas económicas tomadas por el Gobierno de Rajoy. Decisiones como la subida del IVA; la reducción de las gasto en Sanidad y Educación o el desmantelamiento de la ley de dependencia eran medidas “dolorosas”, en palabras del propio Jiménez Latorre. Era 2012 y afirmaba que había que corregir las “alegrías” del Ejecutivo anterior. “No hay más remedio, más vale prevenir que lamentar”, justificó en un curso de verano en El Escorial en verano de ese año.
Decisiones que tenían consecuencias. "Los recortes inciden obviamente sobre la actividad económica, pero es necesario poner las cuentas en una senda sostenible", aseguraba en enero de 2013, "Eran necesarios", insistió al explicar la subida del IVA del año anterior que, aseguró, sería “temporal”.
También hubo un momento en el que criticaba las decisiones de los grandes organismos internacionales, en concreto del FMI, del que forma parte desde hace casi dos años. “Desde mi punto de vista, nosotros tenemos mayor nivel de acierto en las previsiones y, en consecuencia, creo que sin duda las nuestras van a estar mucho más próximas a la realidad que las suyas”, aseguraba en agosto de 2013. Entonces, el FMI aseguraba que la economía española no crecería a un ritmo del 1% hasta 2018. Jiménez Latorre creía hace tres años que el FMI era “muy crítico” y “pesimista” con la eurozona y con España.
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