“Can't get enough, and you know it's righteous stuff, goes up like prices at Christmas, you can call me Motorhead” Lemmy Kilmister



Una semana más y volvemos a constatar la falsedad de los unicornios que se nos venden los populismos con esas estimaciones de ingresos fiscales perdidos y futuros que se mueven entre el delirio y la estulticia. Y es que el gran engaño siempre es apuntar hacia unos supuestos ingresos multimillonarios que aparecerán seguro cuando ellos gobiernen –a nadie se le ocurrió antes rascar del contribuyente- y financiar la arcadia feliz de gasto perenne.



Syriza ha reconocido esta semana que exageró la cifra de incremento de ingresos públicos que prometió. Ustedes dirán que no es una novedad. Como hemos explicado aquí (lean), la exageración en estimaciones de ingresos son una constante y la media de error es de alrededor del 1%-1,5% del PIB.

La diferencia es la magnitud del cuento chino de las soluciones mágicas populistas. El programa de Syriza prometía –con la firma de trescientos “expertos” por supuesto ideológicamente afines- que iban a aumentar 12.000 millones de euros como siempre. “Impuestos a los ricos” y “lucha contra el fraude”. Ahora, a pesar de haber subido impuestos más de lo que decían, han reducido su estimación de ingresos adicionales a 680 millones. Total, un timo equivalente a casi el 5% del PIB del país en estimaciones de unicornios mágicos.



Y es que el cuento de los supuestos ingresos por impuestos a “lorricos” y fraude son como “enseguida” y “ahorita mismo”. Promesas de nada que luego se convierten en subidas a todos. Cuando se lanzan a dar cifras escandalosas incluyen acciones que –si esas “grandes fortunas” pusieran a la venta- perderían una enorme parte de su valor, y juntan –eso me encanta- deuda y capital. ¿Se imaginan que el Sr. Ortega, al que mencionan constantemente, pusiera a la venta todas o gran parte de sus acciones en su empresa? Que se desplomarían en bolsa ¿Qué creen que ocurriría con su “fortuna”? Considerando que hace poco decían que Endesa gana más de diez veces sus beneficios reales no es de extrañar que suelten cifras descomunales... Algún incauto se las creerá.



Como dijimos en su momento, el que piense que las 4.600 “grandes fortunas” van a sufragar las decenas de miles de millones anuales que prometen los aristócratas del unicornio, sepan que lo van a pagar ustedes.



Pensiones y mentiras



En esta columna hemos hablado en varias ocasiones de las pensiones (lean) y se repiten grandes falsedades:

-El gobierno ha vaciado la hucha de las pensiones. El sistema de pensiones es de reparto. La “hucha de las pensiones” contabiliza a nivel Estado junto a la deuda. El que dice que hubiera preservado la hucha de las pensiones solo podría haberlo hecho endeudándose o recortándolas. La reducción de la hucha de pensiones se ha generado por efectos demográficos y por el desempleo, no por la reforma laboral o los salarios porque las cotizaciones efectivas han aumentado desde 2013 De hecho los principales factores de reducción de ingresos de la Seguridad Social en ese periodo son por la partida “otros ingresos corrientes” y “venta de inmuebles”.

-No, subiendo impuestos no lo hubieran hecho. En Francia llevan con un impuesto “de solidaridad” para pagar las pensiones desde hace años y se han recortado regularmente desde mediados de los 90, la última vez el año 2014. Y, en España, subiendo todos los impuestos no se recaudó ni un 40% de la cantidad utilizada para pensiones en 2015.



-Los que defienden un modelo “francés” callan –a sabiendas- que en España las pensiones son muy superiores a las de esos países que quieren copiar con respecto del último sueldo percibido. Es lo que se llama la tasa de sustitución. Las pensiones españolas suponen cerca del 70% del último salario, mientras en Europa y la OCDE no llegan ni de lejos. La enorme mayoría de los sistemas de reparto a la francesa no llegan al 50%.



-La falacia de que defender un sistema mixto de capitalización y reparto (como existe en Suecia) es “privatizar”. Simplemente es una falacia porque se puede tener un plan de pensiones de capitalización con gestión pública o privada.



Pensar que la revalorización de las pensiones se va a dar automáticamente por decisión política es –como mínimo- imprudente. Decir que la revalorización de las pensiones públicas ha sido superior a las privadas es un engaño ya que en las primeras se pagan las pensiones con las contribuciones de todos los demás, no con la subida o bajada de la rentabilidad de los activos en los que se invierte.

Si se hubieran repartido solo las cotizaciones efectivas actualizadas en términos reales, muy pocos percibirían la paga mensual que reciben hoy del sistema público. Sería alrededor de un 30-40% inferior.

La solución al sistema de pensiones nunca ha sido la represión fiscal, y se ha demostrado en todos los países de la UE que han tomado esa ruta. Más recortes y menor pensión con respecto al último sueldo percibido.

Como explicamos aquí en “¿Cómo pagamos las pensiones?”, no se va a solventar sin un análisis desapasionado del reto demográfico -vivimos muchos más años, lo cual es una bendición- y el económico – reparto y capitalización-.



El sistema de reparto solo va a funcionar si se ponen como pilares de la política económica el crecimiento económico y el empleo y se reconocen los cambios demográficos adaptándolo a una población que vive muchos más años y merece su recompensa. El envejecimiento de la población solo se suple con mayor productividad, empleo y creación de mayor renta.

Porque eso es lo que es un sistema de reparto, una recompensa, no el valor actual neto de las contribuciones pasadas, que se usaron para pagar a los jubilados de aquel momento. Pero por ello no debemos dejar a los jóvenes sin esa misma recompensa si las tendencias demográficas se cumplen. Un sistema mixto de capitalización y reparto no es “neoliberal”. Lo saben en Suecia. Es lógica.



Si usted quiere una pensión garantizada, no apueste por aquellos que lo único que garantizan es la recesión y el paro. El resto son cuentos, como los de los ingresos estimados de Syriza.