Es el efecto mariposa del sector eléctrico. Un movimiento en Francia, por leve que sea, puede provocar una reacción inesperada en el mercado español. Eso es lo que está pasando en estos momentos, que una decisión de la autoridad nuclear gala puede suponer una subida de precios inminente en España.
La raíz del problema es que Francia ha tenido que paralizar 16 centrales nucleares, ante la necesidad de revisar algunos de sus componentes. Además, tiene paradas otras cinco centrales por motivos ya planificados y, como su sistema eléctrico se basa en la energía nuclear, no produce lo suficiente para responder a la demanda. Por eso, el país vecino ya está importando energía eléctrica de España y, en consecuencia, los precios tienden al alza en el mercado mayorista. Así que el recibo de los consumidores, aunque aún es pronto para saber en qué medida, también seguirá el mismo camino.
Noticias confusas
“En Francia hay noticias confusas”, reconocen fuentes de la Asociación Española de la Industria Eléctrica (Unesa), la patronal del sector que agrupa a compañías como Iberdrola, Endesa o Gas Natural Fenosa. “La normativa en materia de seguridad nuclear es muy fuerte. Hay dudas en cuanto a los generadores de vapor, si los materiales que se utilizan son 100% acordes a las especificaciones. En total, no operan 21 de las 58 centrales nucleares que hay en Francia”, indican. A eso se suma que llega el invierno y la demanda eléctrica aumenta. “Allí es un año eólicamente malo, ya hace frío y la demanda está creciendo, por eso en Francia está subiendo el precio”, concluyen.
¿Cuál es el problema? El aviso lo realizó esta semana la Autorité de Sûreté Nucléaire (ASN), el organismo que supervisa en Francia las centrales nucleares que generan casi tres cuartas partes de toda la energía eléctrica que se consume en el país. El pasado martes 18 de octubre prescribió a la compañía EDF que realizara comprobaciones en los denominados “fondos primarios de los generadores de vapor de cinco reactores” porque “podían estar afectados por altas concentraciones de carbono”, según apuntó a través de un comunicado. Esas comprobaciones “requieren el cierre de los reactores afectados”, señalaba la ASN.
Esos generadores de vapor fueron fabricados por el gigante nuclear francés Areva (controlado por el Estado galo) que también ha equipado a otras centrales sobre los que ha puesto la lupa la autoridad nuclear gala. A partir de esas inspecciones, que ha analizado junto al Institut de Radioprotection et de Sûreté Nucléaire (IRSN), la ASN concluyó que esas centrales tenían que realizar controles adicionales durante tres meses, sin esperar a las paradas programadas para esos reactores. Así, entre inspecciones y paros habituales, Francia tiene sin funcionar 21 de sus 58 centrales.
¿Puede pasar algo similar en España? El diario El Economista aseguraba este viernes que dos centrales nucleares españolas, la de Ascó (Tarragona) y la de Almaraz (Cáceres) cuentan con componentes fabricados por Areva. Sin embargo, la patronal eléctrica asegura que el caso francés no puede extrapolarse a España. “No, en España no va haber paradas similares”, afirman rotundamente desde Unesa “A España esto no le afecta en absoluto. El 20% de la electricidad que se produce en España seguirá siendo nuclear”, sentencian.
La lógica del mercado
También consideran que aún es pronto para saber cuál será el efecto sobre el recibo de los españoles. A finales de esta semana, el precio mayorista de la luz en Francia se sitúa en el entorno de los 70 euros por MWh, mientras que en España ronda los 60 euros. Ese diferencial hace que Francia tire de luz española y, en consecuencia, el precio final pueda empezar a despegar.
“Lo que ocurre en Francia es un aviso, la lógica del mercado dice que si aumenta la demanda, aumenta el precio”, señalan desde Unesa. El Ministerio de Industria no ha respondido a la solicitud de información de este periódico sobre la posibilidad de que suba el recibo de la luz en España. “Es evidente que esta subida puede afectar a España, pero aún no sabemos cuál va a ser el impacto. Por ahora es el mercado mayorista y es muy pronto para saber cómo se va a trasladar al consumidor final”, recalcan desde la patronal.
También puede cambiar la ecuación de España como país importador y exportador de electricidad. Esta semana Unesa destacaba que España se convirtió durante 2015 en país importador de energía eléctrica, porque había dejado de ser competitivo frente a Francia debido a los impuestos que cargan la generación. En concreto, el pasado año, se importaron 14.956 millones de kWh y se exportaron 15.089. El principal saldo importador se mantuvo con Francia, que se cifró en 7.324 millones de kWh, un 101,3% más que en 2014.