El mercado no olvida el susto del pasado 23 de junio cuando el referéndum británico agitó los mercados como nunca antes: el índice bursátil Ibex 35 se desplomó un 12,4%, la libra se hundió otro 10% y los inversores se refugiaron en la deuda y el oro. Fue un episodio que se ha marcado a fuego en la memoria colectiva del mercado y es tan reciente que, la probabilidad de que vuelva a suceder, ha llevado a los grandes inversores a protegerse. La Bolsa de EEUU ha retrocedido más del 3% desde la semana pasada y las europeas van por el mismo camino. El precio del petróleo cae más del 10% en apenas cinco sesiones.
Las coberturas ante las elecciones de EEUU que se celebran el próximo martes 8 de noviembre se han extendido a una gran parte del mercado ante la cita electoral. El índice VIX sobre el S&P 500, que mide la volatilidad en opciones y futuros, se ha disparado hasta los 20 puntos en las últimas jornadas hasta niveles máximos desde junio, es decir, un 50% más que hace poco más de una semana. Entonces, pese al empate técnico en las encuestas, pocos dieron credibilidad a una victoria de los partidarios de salir de la Unión Europea (UE), pero sucedió. Entre los pocos que tienen que tener en cuenta este tipo de riesgos improbables se encuentran los directores financieros de las grandes empresas.
Los temores a las políticas económicas de Trump y sus excentricidades no son infundados, sobre todo, por lo impredecibles que pueden ser. Si Clinton puso sobre la mesa un plan de inversión en infraestructuras de hasta 200.000 millones, el siempre polémico magnate dijo que lo cuadruplicaría. También que eliminaría los sistemas públicas sanitarios que han crecido durante la Administración Obama y dijo que bajaría los impuestos a las grandes fortunas, también a las multinacionales que buscan repatriar su dinero en el extranjero y que actualmente deben pagar un peaje del 35%. Pero lo que más preocupa a todos los agentes económicos es su populismo y sus achaques proteccionistas en materia de comercio por sus ganas de levantar muros y aranceles allá donde pueda pescar votos.
“¿Puede Donald Trump ganar? A pesar de la todavía proyectada ventaja de Clinton en las encuestas nacionales, todavía hay un par de escenarios (realistas) que podrían ver a Trump alcanzar los mágicos 270 votos electorales necesarios para tomar a la Casa Blanca. Pensilvania, Ohio, Carolina del Norte y la Florida son los estados clave. Si todos ellos se vuelven rojos el 8 de noviembre, entonces Donald Trump tiene una buena oportunidad de convertirse en el próximo presidente de Estados Unidos”, alertan los analistas de ING.
México, en el ojo del huracán
Traders, brokers y bancos de inversión están a la gresca por comprar seguros de cambio y derivados financieros ante la cita del 8 de noviembre. Uno de los grandes riesgos del mercado es para México y las empresas expuestas a esta economía fronteriza. Los discursos de Trump contra el país y sus inmigrantes alcanzaron su momento álgido con sus planes para construir un muro en la frontera sur de EEUU, que además pagaría el país azteca. "México no lo sabe, pero va a pagar el muro", aseguró para compensar las críticas a su descabellado coste.
El coste de la cobertura contra una fuerte caída del peso mexicano ha aumentado significativamente durante la última semana, ya que los inversores están preocupados por una sorpresa electoral de Trump. Las empresas españolas tienen una fuerte exposición al país. BBVA es el mayor banco en México a través de su franquicia Bancomer, mientras que Telefónica y Santander también tienen una posición relevante. La constructora OHL controla alguna de las principales autopistas allí y el sector energético tiene una amplia exposición a través de empresas como Gamesa o Iberdrola.
Los analistas de ING apuestan por evitar inversiones en otras divisas como el dólar canadiense o la libra esterlina “por sus vínculos económicos directos con EEUU” y el riesgo de un viraje proteccionista con los republicanos. También consideran que la corona sueca, el won coreano y dólar australiano pueden tener un mal comportamiento. “El yen japonés puede tener un comportamiento mejor que el resto si gana Trump”, añaden estos expertos.
Pero no sólo los mercados apuestan a que puede haber una sorpresa de Trump. También las casas de apuestas, cuyo comportamiento es muchas veces similar a los anteriores, comienzan a registrar este sentimiento entre sus clientes. Según datos de Betfair, desde el pasado lunes, las apuestas de una victoria del republicano han copado nueve de cada diez apuestas de última hora. Wall Street también mira de reojo en esa dirección.