Cataluña ya está lista para recaudar el ‘impuesto a la Coca-Cola’ desde el 1 de julio
El programa e-Spriu permitirá a la Generalitat recaudar impuestos periódicos, lo que permite la introducción de nuevas figuras tributarias.
2 febrero, 2017 03:21Noticias relacionadas
La Generalitat de Cataluña ya tiene lista una nueva herramienta tributaria con la que podrá recaudar impuestos que se cobran periódicamente (como es el caso del IVA o del IRPF) y que empezará a funcionar este año. Bautizada como e-Spriu (acrónimo de Serveis i Processos per a la Relació Integral amb l'Usuari tributari, pero que hace referencia al escritor Salvador Espriu), esta nueva herramienta complementa al actual sistema, Gaudí, que servía para recaudar impuestos que se cobraban de forma puntual, como puede ser Sucesiones o Donaciones.
La herramienta supone un avance tecnológico importante para la hacienda catalana que está desarrollando la Generalitat. Empezará a funcionar a partir del 1 de julio y se utilizará para recaudar el nuevo impuesto de bebidas azucaradas, conocido en Cataluña como ‘impuesto a la Coca-Cola’ y otros tributos que va a reformar este año la Generalitat para elevar la recaudación en algo más de 100 millones de euros para este año y que tienen la capacidad de recaudar casi 200 millones de euros en un ejercicio completo, según las estimaciones presupuestarias de la Generalitat.
La Consejería de Economía y Hacienda de la Cataluña valora de forma muy positiva el desarrollo e-Spriu para modernizar la recaudación de impuestos de la autonomía y para poder introducir estas reformas tributarias que ya están pactadas con la CUP y que se aprobarán junto a los Presupuestos de 2017. Todos ellos impuestos que, de momento, no recauda el Estado, por lo que la Generalitat tiene autoridad para hacerlo.
La medida más importante será la introducción del Impuesto a las bebidas azucaradas, con el que pretende recaudar 31 millones de euros este año y que tiene la capacidad para recaudar, en un año completo, 41,3 millones, según figura en el Proyecto de Presupuestos de la Generalitat.
Este impuesto gravará los refrescos, zumos de fruta y bebidas deportivas y recaerá tendrá que pagar, obligatoriamente, el consumidor final del producto. El tributo será de 8 céntimos por euro para las bebidas que contengan entre 5 y 8 gramos de azúcar por cada 100 mililitros y de 12 céntimos para las que tengan un nivel de azúcar mayor. El impuesto empezará a devengarse a partir del 1 de abril y se cobrará a partir del 1 de julio con e-Spriu.
"Por primera vez, pondremos en producción el programa e-Spriu con el impuesto de bebidas azucaradas, que se aplica sobre un censo de contribuyentes de 400 empresas distribuidoras de bebidas. Posteriormente, pondremos en producción otros impuestos", explicó el miércoles el secretario de Hacienda, Lluís Salvadó, en una entrevista en RAC1.
Mayor capacidad recaudatoria
Esta nueva herramienta servirá para gravar otros tres impuestos que se van a modificar este año en los Presupuestos. El primero es el nuevo Impuesto sobre las Estancias en Establecimientos Turísticos, que incorpora nuevas modalidades de alojamiento, como los cruceros amarrados durante menos de 12 horas. Pero, lo más importante es que esta figura tributaria incorpora un impuesto nuevo que grava a las empresas u operadores de plataformas tecnológicas que hagan de intermediarios entre el titular del establecimiento y el turista.
e-Spriu también permitirá recaudar el nuevo Impuesto a los Grandes Establecimientos Comerciales. Un tributo que se reforma completamente este año para convertirlo en un tributo “estrictamente medioambiental”. Lo que grava es el tamaño del parking que tengan estos comercios, con la filosofía de que así se carga sobre la empresa el coste de las externalidades negativas de la contaminación que generan los vehículos que se desplazan al comercio.
Por último, este sistema gestionará el nuevo Impuesto a Activos no Productivos. Este tributo afectará a los bienes inmuebles, coches de lujo, embarcaciones o aeronaves propiedad de empresas o personas jurídicas y que no se usen específicamente para producir actividad económica. De esta forma, las empresas también tendrán que aportar a las arcas de la Generalitat por estos bienes que no se usen para producir.