"El cambio en la perspectiva refleja un riesgo cada vez menor derivado de la carga de la deuda pública", afirma la agencia, que espera que la ratio de deuda pública se sitúe en torno al 45% del PIB este año y el próximo si no se registra una inesperada y significativa depreciación de la moneda.
S&P prevé que el déficit presupuestario de México se situará en torno al 3,3% del PIB en 2017, algo por debajo del desequilibrio negativo registrado en 2016, como reflejo del ajuste del gasto y el mantenimiento de la recaudación.
"Creemos que la rápida reacción de las autoridades mexicanas a las recientes turbulencias negativas, como la depreciación registrada a finales de 2016, reducirán el ritmo de endeudamiento y contribuirán a la estabilización de la deuda pública", indicó la calificadora de riesgos.
S&P señala que las rápidas reformas fiscales adoptadas han permitido absorber la caída de ingresos por la bajada de los precios del crudo y expresa su confianza en que la política económica tendrá continuidad tras las elecciones que se celebrarán en México el próximo año.
Asimismo, la agencia considera el escenario más probable que EEUU, México y Canadá lleguen a un nuevo acuerdo comercial que preserve los vínculos transfronterizos en la región norteamericana, aunque advierte de que una interrupción inesperada del comercio y la inversión entre estos países o un cambio negativo en las políticas fiscales mexicanas tras las elecciones podrían amenazar el crecimiento del país.