En su primera visita a Cataluña tras ponerse en marcha el artículo 155 de la Constitución para responder al desafío secesionista, Rajoy ha advertido de que todos los sectores de la economía catalana "ya sufren" las "sectarias, divisorias y frívolas decisiones" de los independentistas y por eso es "tan urgente" una nueva etapa que evite mayores daños económicos.
Una etapa que permita que los catalanes no tengan que "abonar la factura tras padecer la fractura" y que haga posible "que todo vuelva pronto a la normalidad".
Tras recordar el "desplome de las ventas y la anulación de reservas turísticas", que han "frenado en seco" la "pujante" economía catalana, Rajoy ha prometido que su Gobierno trabajará "hasta el último día" para que proyectos tan importantes como la Agencia Europea del Medicamento vayan a Cataluña.
Ha recordado que desde el punto de vista técnico Barcelona tiene "la mejor calificación" de entre las ciudades candidatas para albergar esta sede europea, "pero los paladines de la ruptura han mostrado su ilimitada capacidad de destrucción" y eso puede afectar a la aspiración de la ciudad condal.
También ha prometido Rajoy que trabajará para que ferias y reuniones internacionales económicas que ahora hasta ahora han llenado recintos en Cataluña no dejen de venir a esta comunidad.
Para el jefe del Ejecutivo, una de las "peores mentiras" del independentismo ha sido la de asegurar que los bancos y las empresas estarían "encantados de invertir" en una Cataluña independiente y que la economía no se vería afectada.
Tras comprobarse que no ha sido así, Rajoy ha insistido en pedir "que no se vayan" todas esas empresas que, ha admitido, engrosan la "larga lista de damnificados de este desaguisado".
E igualmente ha hecho un llamamiento a no boicotear los productos catalanes.
Rajoy ha recordado que España ha sufrido una crisis durísima y Cataluña ha participado en la recuperación, pero la "inestabilidad" actual en la comunidad está "frenando" su capacidad de crear empleo.