La emisión de deuda puede ser inferior a 35.000 millones en 2019 y más barata
El Tesoro considera que la emisión neta de deuda en 2019 podría ser inferior a los 35.000 millones de euros presupuestados, al tiempo que el coste medio de emisión podría quedar por debajo del rango del 0,6%-0,7% en que se ha movido en los últimos años.
El secretario general del Tesoro y Financiación Internacional, Carlos San Basilio, explicó esta semana en el Congreso que este año se acelerará el ritmo de reducción de la ratio deuda/PIB, que quedará en el 95,4%, frente al 96,9% en que, provisionalmente, se ha cerrado 2018.
Contra lo previsto en el Proyecto de Presupuestos, donde el Gobierno contemplaba un ligero aumento de los costes de financiación como consecuencia de la normalización de la política del BCE, el Tesoro está barajando ahora un escenario de mantenimiento de tipos oficiales.
A medida que avanza el año, explicó el secretario general, las previsiones del mercado apuntan que los tipos oficiales no subirán, lo que permitirá que los costes de emisión se reduzcan por la bajada del interés de las nuevas emisiones en relación con la deuda que vence.
El cálculo incluido en Presupuestos es también conservador para la emisión de deuda, que podría quedar por debajo de los 35.000 millones netos por las menores necesidades de financiación del Estado y de los mecanismos de financiación de las comunidades autónomas.
Además, se acelerará la reducción de la ratio deuda/PIB, que en los últimos años se redujo a un ritmo del 0,8 % anual y en 2018 lo hizo en un 1,2%.
Para este año, la reducción de la deuda viva que plantea el Presupuesto es de 1,5 puntos, desde el 96,9 % del PIB de cierre de 2018 (provisional, a la espera de que se conozca el PIB nominal el 29 de marzo) hasta el 95,4%.
Para los próximos ejercicios, la aspiración es reducir la ratio en dos puntos anuales, objetivo que San Basilio considera factible si se mantiene el crecimiento y la senda de reducción del déficit.
El Tesoro se siente "cómodo" con la vida media de la deuda, que ha subido desde los 6,2 años en 2013 hasta 7,45 años al cierre de 2018 y se sitúa en línea con el resto de los emisores más avanzados y más líquidos, porque ese alargamiento permite reducir la sensibilidad a la subida de tipos.
A su juicio, España está en buena posición para afrontar la normalización de la política monetaria del BCE porque crece de manera equilibrada y por encima de la zona euro, lo que le sitúa en posición de atraer a nuevos inversores.
El Tesoro ha emitido ya en enero en torno a 20.000 millones de euros, un 15,8% de su previsión de emisión a medio y largo plazo para el año (126.933 millones de euros).