Vinci tuvo 2.983 millones de euros de beneficios el año pasado, un incremento del 8,6 % respecto a 2018 gracias a una mejora de todos los sectores de actividad del grupo francés de concesiones, infraestructuras y construcción, a pesar del impacto de los "chalecos amarillos" en el tráfico de autopistas.

El resultado bruto operativo (ebitda) subió un 6,1 % hasta 6.898 millones de euros, aunque su porcentaje en términos de facturación bajó tres décimas, al 15,9 %.

La razón de ese descenso en el peso relativo del ebitda es un ritmo de progresión más elevado de los ingresos, del 8,1 %, hasta 43.519 millones de euros, con un alza del 3,3 % en datos comparables -es decir, excluyendo el impacto de compras o cesiones de activos y las variaciones de divisas-.

La división de concesiones aumentó en un 4,6 % su volumen de negocios (un 3,2 % en estructura equivalente) con 7.261 millones de euros, con un alza del 1,5 % en las autopistas (5.356 millones) y eso pese a la disminución del tráfico del 0,5 % por efecto de la crisis de los "chalecos amarillos" en Francia desde noviembre.

Así, como consecuencia de los bloqueos y perturbaciones de los "chalecos amarillos" en las entradas de las autopistas y en los peajes, en el cuarto trimestre, el tráfico en las autopistas de Vinci se hundió un 8,9 %, con descensos del 10,2 % para los vehículos ligeros y del 1,7 % para los pesados (camiones y autobuses).

La división de construcción, energía y gestión de infraestructuras elevó en un 9 % su cifra de negocios (un 3,4 % en datos equivalentes) hasta 35.769 millones de euros y la inmobiliaria en un 23,3 % (21,8 % en cifras comparables), hasta 1.104 millones.

A fecha del pasado 31 de diciembre, la empresa tenía una deuda financiera de 15.600 millones de euros, lo que significa 1.600 millones más que doce meses antes.

El consejo propondrá a la junta que se celebrará el 17 de abril el reparto de un dividendo de 2,67 euros por acción a cuenta del ejercicio de 2018, lo que significa un 9 % más.