La ciberseguridad demanda tres millones de empleos de alta calidad
Sevilla, 19 feb (EFECOM).- La ciberseguridad no es sólo una amenaza, sino que también supone una enorme posibilidad económica, pues factura 100.000 millones de dólares y demanda tres millones de empleos de alta calidad, según ha destacado este martes el responsable de ciberseguridad de Telefónica, Pedro Pablo Pérez.
Pérez, quien ha participado en una jornada sobre ciberseguridad organizada en Sevilla por Empresarios del Sur de España (Cesur), ha señalado que la actividad empresarial en ciberseguriad "está creciendo a doble dígito" y ofrece a los expertos salarios de más de 230.000 dólares.
También ha valorado que cualquier pequeña empresa emergente puede ofrecer soluciones a las grandes corporaciones multinacionales, como ha ocurrido con una firma sevillana contratada por Google.
En el caso de Telefónica, ha resaltado que el departamento de ciberseguridad suma 13 centros en otros tantos países, factura más de 407 millones, y ha contratado a doscientos profesionales en los últimos doce meses.
"La ciberseguridad tiene una cara, que son los ataques, que causan unas pérdidas anuales de 600.000 millones de euros, pero también tiene una cruz, porque supone una sustancial fuente de negocios a crear en el tejido empresarial", ha destacado.
Ha recordado que "la digitalización de las cosas" genera una sociedad "exponencial" que en 2020 tendrá 8.000 millones de dispositivos conectados, en la que se suceden los cambios disruptivos, que hunden negocios en pocos años, como ha ocurrido con los sms en favor de los wasaps.
"El perímetro de nuestras empresas ha desaparecido; los dispositivos móviles llevan información fuera y muchas tienen alojadas sus informaciones en la nube; los ataques cibernéticos causan perdidas millonarias y el riesgo digital es real porque los ciberatacantes están un paso por delante y crecen de forma exponencial", ha advertido.
En su opinión, "la nueva guerra fría es la ciberseguridad" y la "confianza digital" es un objetivo crucial para las grandes empresas, porque "tienen que transmitir confianza a empleados, usuarios y clientes" de que sus datos no son vulnerados.