BASF baja el beneficio neto un 22,6 % en 2018, hasta 4.707 millones de euros
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El grupo químico alemán BASF bajó en 2018 el beneficio neto un 22,6 %, hasta 4.707 millones de euros, después de tener un cuarto trimestre débil por la caída de la demanda de China debido al conflicto comercial con EEUU y los problemas por el bajo caudal del Rin.
BASF informó hoy de que el resultado operativo también se redujo un 20,5 %, hasta 6.033 millones de euros.
Esta caída se debió al segmento de químicos, que representa dos terceras partes de la caída del beneficio.
El segmento químico tuvo en 2018 un beneficio operativo de 3.360 millones de euros (-20 %), tras reducir la facturación como consecuencia del bajo nivel del Rin y por los efectos negativos de los tipos de cambio.
La caída del beneficio operativo en esta división llegó, incluso, al 68 % en el cuarto trimestre; asimismo, los márgenes de beneficio fueron más débiles de lo esperado en todas las regiones en 2018.
Sin embargo, la facturación mejoró un 2,4 %, hasta 62.675 millones de euros.
"2018 fue un año caracterizado por acontecimientos económicos y geopolíticos globales difíciles y conflictos comerciales", según BASF.
Además, en la segunda mitad del año la empresa sufrió la caída en mercados importantes, especialmente en la industria automovilística, que es el sector con el mayor número de clientes.
En concreto, la demanda de los clientes chinos bajó notablemente debido al conflicto comercial entre EEUU y China.
El grupo químico considera que aumentan las incertidumbres en todo el mundo y que muchos participantes del mercado actuaron con mucha cautela.
"Afrontamos estos desafíos. Con nuestra nueva estrategia empresarial, utilizaremos 2019 como un año de transición para emerger, incluso, más fuertes", dijo el presidente de BASF, Martin Brudermüller.
El inusual largo periodo de bajo caudal en el Rin impidió que la fábrica de Ludwigshafen recibiera materiales por barco en la mayor parte del tercer y el cuarto trimestre.
Por ello, el grupo se vio obligado a reducir la utilización de capacidades de la factoría en Ludwigshafen, lo que disminuyó los ingresos en 250 millones de euros en 2018.
La división de vitaminas, complementos alimenticios, pigmentos y las lacas también disminuyó el año pasado el beneficio operativo hasta 1.338 millones de euros (-11 %), por el parón de la producción en la fábrica de Ludwigshafen.
El segmento de soluciones agrícolas redujo el beneficio hasta 591 millones de euros (-42 %) por los gastos relacionados con adquisiciones, mientras el de materiales descendió a 1.235 millones de euros (-20 %).
BASF también tuvo unos extraordinarios negativos de 320 millones de euros, por adquisiciones (-58 millones de euros en 2017).
El grupo prevé la salida a Bolsa de su negocio de petróleo y gas (Wintershall) y el de Letter One (Dea) en la segunda mitad de 2020.
En septiembre del año pasado las dos compañías firmaron un acuerdo de fusión y esperan completar la transacción en la primera mitad de 2019, aunque todavía deben recibir la autorización de las autoridades reguladoras.
Brudermüller anunció hoy que BASF quiere desprenderse de su negocio de pigmentos, en el que trabajan 2.600 personas, y prevé cerrar la venta, como muy tarde, a finales de 2020.
En octubre del año pasado BASF anunció que buscaba una fusión con otro socio o la desinversión de su negocio de química de la construcción y ahora prevé lograr un acuerdo sobre la transacción durante 2019.
BASF bajó el beneficio neto atribuido en el cuarto trimestre un 77,4 %, hasta 348 millones de euros.
La dirección del grupo propondrá en la próxima junta general de accionistas el pago de un dividendo de 3,20 euros por acción por 2018, frente a los 3,10 euros por 2017.
Brudermüller pronosticó que los dos primeros trimestres de 2019 serán débiles, porque en 2018 habían sido muy buenos y por los costes de transformación de la compañía.
BASF prevé que el crecimiento en China seguirá enfriándose, pero será elevado en comparación con las economías avanzadas, y que se mantendrá la recuperación en Brasil.
Brudermüller considera que la industria automovilística se recuperará un poco, que el conflicto comercial entre EEUU y sus socios comerciales se relajará en el transcurso del año y que el "brexit" se producirá sin repercusiones económica.