La brecha de las pensiones: los hombres acaparan el 83% de las jubilaciones superiores a los 2.500 euros
- La pensión media de jubilación de los hombres es un 53,5% mayor que la de las mujeres
- En el segmento de 1.000 euros o menos hay más mujeres que hombres
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El problema de las diferencias salariales y laborales entre los hombres y las mujeres no se limita al presente. A lo que se cobra y a cómo se trabaja hoy. También se sigue proyectando hacia el futuro en un punto muy concreto: el de las pensiones públicas.
Aunque las estadísticas que la Seguridad Social ofrece evidencian que 'algo' está cambiando para bien en este terreno, la mejora todavía es lenta y las distancias acumuladas en el pasado y las que se siguen dando en el presente aún conducen a una considerable brecha en las pensiones. Cualquier medida, cualquier desglose de los datos, muestra una realidad inquietante.
Los propios datos globales ya sirven como carta de presentación. A finales de febrero, en España se contaban en total 9,707 millones de pensiones. De ellas, el 51,6% correspondía a las mujeres. Pues bien, centrando el foco en las pensiones jubilación, que suponen el 62% de las pensiones totales y el 71% de la nómina mensual, las mujeres pasan ya de estar en mayoría a quedarse en una franca minoría: apenas representan el 38,3% de las jubilaciones.
A partir de aquí, de esta apreciable brecha, las demás se concatenan. Para continuar, en las pensiones medias. La de los hombres alcanza los 1.202,5 euros; la de las mujeres se queda en los 781,6 euros. Es decir, son un 35% más bajas. O 420,9 euros inferiores, como se prefiera. Es cierto que hace cinco años la distancia era mayor, puesto que eran un 38% más bajas, pero el margen de mejora todavía resulta evidente.
Lo mismo ocurre si se calcula cuánto supone la pensión media de las mujeres con respecto a la pensión media del conjunto del sistema. Ahora equivale al 79% de la pensión media total, mejor que el 77% de hace cinco años, pero todavía con cancha para progresar y a un ritmo mayor.
De nuevo, si se centra el punto de mira en las pensiones de jubilación, la brecha persiste. La jubilación media de las mujeres se encontraba en febrero en los 850,99 euros, 455 euros por debajo de los 1.305,99 euros de la masculina. Otra vez un 35% inferior. Si quiere ver a la inversa, la pensión media de jubilación de los hombres es un 53,5% superior.
PEOR CUANTO MÁS ALTAS
Segmentando las pensiones de jubilación por tramos de cuantía, el escenario empeora. Hasta 1.000 euros, las mujeres dominan: representan el 51,5%, con 1,746 millones de pensiones.
Por el contrario, apuntando a las más altas, su minoría es clamorosa. En las jubilaciones superiores a los 2.000 euros las mujeres solo acaparan el 19% de las pensiones. Hay 4,3 hombres por cada mujer en este tramo.
Y en el 'top' de las pensiones de jubilación, en las que superan los 2.500 euros, su presencia aún es menor. Las mujeres solo cobran 17% de cada 100 jubilaciones de 2.500 euros o más. Es decir, los hombres acaparan el 83% restante. O visto de otro modo: por cada mujer con una jubilación de este calibre hay cinco hombres.
LA ALARGADA SOMBRA DE LA VIDA LABORAL
Estos datos condensan la pesada herencia que se traslada a las pensiones de las distintas vidas laborales de los hombres y las mujeres. Unas carreras más cortas o con discontinuidades que se traducen en menos años cotizados y mayor dificultad para acceder a los puestos y los sueldos que conducen a las pensiones más altas, por un lado, y jornadas reducidas por guarda legal, que también desembocan en menores sueldos y por tanto en menores cotizaciones, figuran tras la brecha existente en las pensiones.
Y a la espera de que estos diferenciales se cierren, suponen un problema porque incrementa el riesgo de pobreza o exclusión social de las mujeres cuando llegan a la jubilación, tal como ya subrayó la Comisión Europea en el informe sobre pensiones que publicó la pasada primavera. Al mismo tiempo, evidencia la necesidad de acometer reformas o medidas, sugeridas igualmente por Bruselas, orientadas a la conciliación, la igualdad, la remuneración o la oferta de servicios para el cuidado de los niños que contribuyan a cerrar una brecha que afecta al presente, pero que se hereda en el futuro.