Los bancos más afectados por el escenario de tipos de interés negativos en que lleva instalada Europa desde junio de 2014 endurecen sus condiciones de crédito más que los que no están afectados por esta situación, aunque no hay diferencias respecto al volumen total ofertado.
Así lo pone de manifiesto un estudio publicado hoy por el Banco de España, firmado por Óscar Arce, Miguel García-Posada y Sergio Mayordomo, que revela también que la oferta crediticia se ha ajustado a través de las condiciones de los préstamos y no a través de la cantidad total ofrecida. El análisis se basa en la Encuesta sobre Préstamos Bancarios y en los balances individuales de una muestra de 122 bancos de 13 países de la zona del euro, durante el período comprendido entre el segundo trimestre de 2014 y el tercer trimestre de 2017.
Las respuestas a esa encuesta -según la cual en octubre de 2017 un 74% de los bancos decían que sus ingresos netos por intereses se habían visto perjudicados por los tipos negativos- permiten clasificar a los bancos entre afectados y no afectados en función de si sus ingresos por intereses se han visto perjudicados o no por los tipos negativos. Los afectados están, en general, peor capitalizados, circunstancia que podría haber dificultado que estas entidades asumieran nuevos riesgos en materia de crédito para tratar de compensar el efecto adverso sobre sus márgenes unitarios de intermediación.
De hecho, añaden, los bancos más afectados por los tipos negativos habían endurecido las condiciones de su crédito en mayor medida que los no afectados para optimizar sus activos ponderados por riesgo y, por tanto, sus ratios de capital.
MEDIAS DE CAPITAL MÁS BAJAS
Los bancos compensan parcialmente el efecto de los menores márgenes de intermediación con un aumento de la oferta de préstamos, pero un escaso nivel de capital limita la posible expansión de la oferta, lo que explica que las entidades afectadas tengan medias de capital más bajas que las no afectadas (10,3% y 11,5% respectivamente).
El estudio también concluye que los bancos afectados ajustan su cartera concediendo prestamos menos arriesgados, es decir, con vencimiento y tamaño menores y con unas mayores exigencias de colateral, para mejorar sus activos ponderados por riesgo y, por tanto, su ratio de capital regulatorio.
Destacan también que, tras la introducción del tipo de interés negativo de la facilidad de depósito del BCE, en junio de 2014, los bancos españoles afectados redujeron su oferta de préstamos a empresas con un perfil de riesgo más elevado y aumentaron su oferta a otras con un menor nivel de riesgo, en ambos casos en mayor medida de lo que lo hicieron los bancos no afectados.