Interventor de Bankia revela que la reformulación fue por el inmobiliario
El interventor de Bankia, Sergio Durá, ha revelado hoy que la reformulación de las cuentas de 2011 se llevo a cabo por la quiebra o "crash" experimentada por el sector inmobiliario español ese año, cuando se pensaba que "España iba a salir del euro y que la UE se rompía".
La fiscal Carmen Launa ha proseguido hoy con el interrogatorio de Durá, que comenzó ayer, ya que ha decidido responder al ministerio público pese a que sólo le achacan falsedad contable las acusaciones particulares.
Según ha relatado, la reformulación de las cuentas "gira en torno a devoluciones del sector inmobiliario" -de todo lo cual se informó al Banco de España en una misiva que él mismo firmó-, ya que durante los meses de abril y mayo se produce un "crash brutal" en el sector inmobiliario, y los inversores tenían miedo a España.
La reclasificación de préstamos, ha explicado, se hace por su vinculación al sector inmobiliario, y si están refinanciadas se recalifican.
Gran parte del importe que había que reclasificar, ha añadido, "es el colateral inmobiliario", y de ello la mayor parte corresponde a crédito promotor, unos 9.000 millones"; no se trata de que tuvieran que ser refinanciados, sino que hubo que reclasificar por su vinculación con el sector inmobiliario.
Por lo que respecta a su papel en la formulación de dichas cuentas, Durá ha aclarado que presentó "todos los extremos de los estados", que el presidente de la comisión de auditoría -Ángel Acebes- presentó toda la documentación que quedaba por enviar a Deloitte, y que el consejo conoció que había que enviar al Banco de España un plan de recapitalización.
Si alguien hubiera tenido alguna duda, del tipo que fuera, "tenían la capacidad de pedir la comparecencia del auditor externo, Francisco Celma, o no haber formulado, haber pospuesto la formulación o haber cambiado las cuentas".
Estaban en su derecho, ha añadido, aunque nadie lo hizo.
Pocos meses más tarde, en mayo, ya con el nuevo equipo ejecutivo, "lo primero que hizo" el actual consejero delegado, José Sevilla, fue "pedir un diagnóstico de la situación, de los activos y las provisiones".
Una vez remitida la documentación por los diferentes departamentos, "Sevilla dijo que le venían informaciones que ponían de manifiesto la necesidad de provisiones adicionales", circunstancia por la que exigió que "se llegara al origen de todo esto".