La compañía alemana de suministro energético E.on redujo en 2018 el beneficio neto atribuido un 18%, hasta 3.223 millones de euros, tras la caída de los ingresos en las redes de distribución de electricidad y porque en 2017 tuvo ingresos extraordinarios.
E.on informó este miércoles de que el beneficio operativo antes de extraordinarios bajó el pasado ejercicio un 3%, hasta 2.989 millones de euros.
En 2017 tuvo ingresos extraordinarios por la devolución del impuesto sobre la energía atómica.
La facturación también cayó el año pasado un 2%, hasta 30.253 millones de euros.
El beneficio operativo antes de extraordinarios en la redes de distribución bajó un 9% (1.800 millones de euros) en 2018, porque en 2017 había tenido un efecto regulador extraordinario positivo, por la venta de la red de Hamburgo y el comienzo del tercer periodo regulador para el gas en Alemania.
E.on también sufrió una bajada de los ingresos en la región de Europa Central y del Este y Turquía, por la bajada de los beneficios por su participación en la truca Enerjisa Enerji.
Sin embargo, en Suecia aumentaron los márgenes brutos de rentabilidad en el negocio de electricidad.
El consejero delegado de E.on, Johannes Teyssen, dijo al presentar las cifras que los complejos preparativos para la adquisición de Innogy, que era la división de renovables y redes de RWE, y lograr un resultado de éxito en el negocio principal fue cualquier cosa menos automático.
"Este impresionante logro sólo fue posible porque tenemos empleados espectaculares", dijo Teyssen.
También añadió que E.on comienza el nuevo año financiero con fuertes ingresos y optimismo.
La compañía propondrá en la próxima junta general de accionistas el reparto de un dividendo de 0,43 euros por acción por el 2018 (0,30 euros por el 2017).
También ha establecido un dividendo fijo del 0,46 euros por acción por el 2019.
E.on prevé que este año el beneficio operativo antes de extraordinarios se situará entre los 2.900 y los 3.100 millones de euros.
A partir de 2020 espera que el crecimiento anual del resultado operativo seré de entre el 3% y el 4% de media.
Todos los aspectos de la adquisición de Innogy marchan según el calendario establecido.
Teyssen dijo que confían en poder obtener la autorización necesaria de la Comisión Europea (CE) en la segunda mitad del año.
La CE ha iniciado recientemente una investigación en profundidad de la compleja transacción porque temen una posición de mercado demasiado fuerte en algunos países e incrementos de precios en la electricidad por lo que podrían exigir desinversiones para autorizar la adquisición.
Tras la integración de Innogy ambas empresas se llamarán E.on.
E.on se hará con el negocio de redes y venta de electricidad de Innogy y RWE se quedará con el de renovables de ambas compañías.
La CE y las autoridades alemanas de defensa de la competencia han aprobado la parte de la transacción de RWE sin condiciones.
E.on ha reducido el endeudamiento neto un 14%, hasta 16.580 millones de euros respecto a 2017.
En Alemania E.on ha ganado clientes en la división de venta de electricidad y gas.
Pero el resultado operativo de este negocio bajó porque en el Reino Unido la situación fue difícil, el volumen de ventas de electricidad se redujo por las condiciones meteorológicas y también tuvo más gastos de reestructuración.