Alfonso Fernández
Washington, 27 mar (EFECOM).- El déficit comercial de EEUU de bienes y servicios se redujo un 14,6 %, hasta los 51.100 millones de dólares, en enero, cuando se registró una notable reducción de las importaciones de China, informó hoy el Departamento de Comercio.
Las importaciones descendieron un 2,6 %, hasta los 258.500 millones de dólares, mientras que las exportaciones subieron levemente, un 0,9 %, hasta los 207.300 millones.
La cifra es menor que los pronósticos de los analistas, que habían proyectado un déficit en enero de 57.700 millones de dólares.
El déficit de bienes con China, seguido muy de cerca por la guerra comercial desatada por el presidente estadounidense, Donald Trump, se redujo un 12,6 %, hasta los 33.200 millones de dólares, gracias en parte a un repunte de las exportaciones de soja al gigante asiático.
El dato de enero se produce después de que 2018 cerrase con 621.000 millones de dólares, el récord en el déficit en la última década.
Asimismo, la menor demanda interna y los menores precios del petróleo contribuyeron a la reducción registrada en el primer mes de 2019.
"El déficit comercial suaviza algo el golpe que estamos viendo en otros indicadores negativos", dijo Jennifer Lee, economista de BMO Capital Markets, en una nota a clientes.
Estados Unidos y China se encuentran inmersos en complejas negociaciones comerciales, y en marzo Trump, que ha impuestos aranceles a centenares de productos chinos, aplazó una nueva subida de gravámenes a la espera de la continuación de las conversaciones con Pekín.
Por su lado, China replicó con aranceles a decenas de productos estadounidenses
Este jueves, el representante de Comercio Exterior, Robert Lighthizer, y el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, para una nueva ronda en la capital china.
El mandatario ha defendido su agenda de "Estados Unidos primero" con la que ha prometido revitalizar la creación de empleos en el mercado interno y reducir el déficit comercial que, a su juicio, responde a las injustas políticas comerciales de sus socios.
No obstante, los economistas consideran que la balanza comercial no es un indicador significativo de la salud económica de un país.
Estados Unidos, como primera economía mundial, suele ver cómo aumentan históricamente los déficit durante las épocas de bonanza al incrementar el apetito de los estadounidenses por las importaciones.
Precisamente, Estados Unidos vive un momento de sólida expansión económica, con un crecimiento del 2,9 % en 2018, alimentado por el agresivo estímulo fiscal lanzado por Trump a través del recorte de impuestos para las empresas y, en menor medida, los trabajadores.
Los mercados financieros recibieron con buenos ojos el dato comercial de enero, y el Dow Jones de Industriales, el principal indicador de Wall Street, abrió un alza del 0,31 %.
La disputa comercial entre las dos grandes economías globales ha añadido dudas a la actividad económica global.
China ha recortado sus previsiones de crecimiento para 2019 a entre el 6 % y el 6,5 %, lo que sería el nivel más bajo en más de dos décadas.
La Reserva Federal (Fed) ha descartado prácticamente mayores subidas de tipos de interés en lo que resta del año ante la ralentización global, y rebajó también las perspectivas de crecimiento para este año del 2,3 % al 2,1 %.