Renfe logró un beneficio de 111 millones de euros en 2018, lo que supone un incremento del 59 % respecto a 2017, ha informado este viernes la compañía, que encadenó dos años consecutivos con ganancias apoyada en la venta de títulos de transporte y en el recorte del coste de financiación.

Los ingresos subieron el 11,2 %, hasta 3.979 millones de euros; y el resultado bruto de explotación (ebitda) sumó 523 millones, el 6,94 % más que un año antes.

Según han explicado a Efe fuentes de la operadora, el incremento del beneficio se vio apoyado por la subida del ebitda en 34 millones y en la mejora del resultado financiero en 8 millones.

En el avance del resultado bruto de explotación influyó el buen comportamiento de la demanda en Renfe Viajeros (venta de títulos de transporte), que aumentó sus ingresos en 81,9 millones de euros.

Por su parte, el mejor resultado financiero se apoyó en la favorable evolución de los tipos de interés, con un descenso del 16 % en el tipo medio de financiación.

Además, la compañía volvió a superar los 500 millones de viajeros, cota previa a la crisis económica, según la misma fuente, que ha destacado que esto supone la recuperación de 20 millones de usuarios.

Por su parte, los gastos de explotación se incrementaron el 11,86 % y sumaron 3.455 millones.

En 2017, la operadora logró, por primera vez en su historia, cerrar un ejercicio en número negros sin extraordinarios, y después de perder en 2016 36 millones de euros.

Recientemente, Renfe presentó su plan estratégico para el periodo 2019-2023 en el que se fija como objetivo alcanzar unos ingresos de 4.600 millones en 2023 y de 5.300 millones en 2028.

El negocio internacional podría reportar al grupo 220 millones de euros en 2023 (el 5 % de la facturación) y 550 millones en 2028 (10 %) y compensar así los efectos de la competencia en el territorio nacional.