Un tribunal de Brabante Septentrional, al sur de Holanda, ha obligado este martes a la aerolínea irlandesa Ryanair a pagar indemnizaciones de entre 383.000 euros y 480.000 euros cada una a ocho pilotos holandeses que fueron despedidos días después de hacer huelga.

El conflicto se enmarca en unas negociaciones entre los pilotos y la compañía sobre las condiciones laborales que llegaron a un punto muerto en agosto de 2018 y provocaron la convocatoria de dos huelgas, que afectaron a seis países.

Ryanair anunció días después del segundo paro que estaba planeando cancelar sus operaciones en el aeropuerto de Eindhoven "por razones económicas".

Asimismo, dio a los pilotos holandeses tres días para aceptar un cambio drástico en sus condiciones laborales, que conllevaba su traslado a otras bases aéreas, o su despido sin ningún tipo de compensación.

Los ocho pilotos que llevaron el caso a los tribunales no aceptaron el traslado y pidieron dar por terminada la relación laboral, pero exigieron a cambio una indemnización de cerca de un millón de euros para cada uno.

La sentencia, que puede ser apelada, calificó como "inverosímil" las razones económicas expuestas por la aerolínea para anunciar el cierre de su base en Eindhoven, que sigue operativa a día de hoy.

En el auto judicial, el tribunal añadió que Ryanair "presionó a los pilotos de forma ilícita, de diferentes maneras y en diferentes momentos", y aceptó dar por finalizada la relación laboral a partir del 1 de mayo, pero a cambio la compañía deberá pagar entre 383.000 euros y 480.000 euros por cada indemnización.

Las diferencias entre esas cifras se deben a que algunos de los trabajadores, por diferentes motivos, tienen menos posibilidades de encontrar otro empleo similar en el sector.

dmu/lzu/son