Sindicatos se lanzan a la calle contra Macri y por la vuelta del peronismo
Buenos Aires, 30 abr (EFECOM).- Influyentes sindicatos argentinos impulsaron este martes un paro general contra la política económica del Gobierno, que dejó 32 detenidos por ataques a autobuses y bancos y durante el que destacados dirigentes obreros alentaron por el regreso del peronismo al poder en las elecciones de octubre próximo.
La huelga, que no estuvo avalada por la dirección de la Confederación General del Trabajo de la República Argentina (CGT), la mayor central sindical del país, ha dejado en evidencia las divisiones dentro del sector gremial, en momentos de graves dificultades económicas en Argentina tras un año en recesión.
La falta de transporte fue la principal consecuencia de la protesta, con cancelaciones de prácticamente todos los vuelos nacionales e internacionales, el cierre del metro de Buenos Aires y la reducción de líneas de autobuses urbanos.
Tampoco se llevaron a cabo clases, tanto en institutos públicos como en universidades; los bancos estuvieron cerrados -algunos con atención limitada en el sector privado-, los hospitales operaron con servicios mínimos y se redujo sensiblemente el transporte de mercancías.
"Cada vez que el Gobierno nos dice que ratifica el modelo económico, nosotros ratificamos que vamos a seguir peleando contra este modelo económico de hambre, entrega y de ajuste", dijo el secretario adjunto del poderoso sindicato de Camioneros, Pablo Moyano, en el acto central de la jornada de protesta, en la Plaza de Mayo de Buenos Aires.
Para Moyano, el paro mira por "el 35 % de pobres, por los jubilados, desocupados y tantos trabajadores que están perdiendo el poder adquisitivo" por un modelo económico que "solamente recibe las órdenes del Fondo Monetario Internacional (FMI)", en referencia al millonario crédito que ese organismo otorgó al país para paliar la abrupta devaluación del peso iniciada en 2018.
En el mismo acto, el secretario general de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA-Autónoma), Pablo Micheli, lamentó que algunos dirigentes de la CGT no acompañasen el paro.
"Necesitamos ser millones, porque no se lo vence a Macri. Este no es un boludo, es un presidente peligroso, tiene todo arreglado con el FMI", criticó, y consideró que "no hay tiempo para relajarse".
"Queremos que vuelva el peronismo, queremos que vuelva un gobierno nacional y popular, no solo hay que soñar con ganarle a Macri, hay que ganar la calle. No hay que abandonar un solo minuto la lucha", aseveró, convencido de que en octubre debe llegar a la Presidencia "un compañero o compañera que represente los intereses el corazón y la cabeza de cada trabajador y cada jubilado".
El ministro de Producción y Trabajo, Dante Sica dijo que no se sintió un "clima de paro", aunque reconoció que el grado de acatamiento en muchos lugares se vio relacionado "con la disponibilidad de transporte".
Esta huelga, que dejó 32 detenidos por ataques a autobuses y a sucursales bancarias, se produce en medio de una crisis que se desencadenó en abril de 2018 por la abrupta caída del peso ante el dólar -que el Gobierno sigue sin poder controlar de forma definitiva- y una sequía que afectó fuertemente a la producción agropecuaria.
La devaluación -de más de 50 %- se trasladó a los precios comunes y elevó la inflación -los precios acumulan un alza del 11,8 % en el primer trimestre del año- y por ende aumentaron los indicadores de pobreza, que en el segundo semestre de 2018 se ubicó en el 32 % de la población.
A todo esto se une el fuerte avance de la prima de riesgo -que pasa el umbral de los 900 puntos por primera vez desde 2014-, por el descenso de la confianza de los inversores internacionales en el país, algo que el Gobierno de Macri atribuye al temor de los inversores a que vuelva el kirchnerismo al poder, a pesar de que su líder, la expresidenta Cristina Fernández (2007-2015) no ha confirmado su candidatura.
"Sabemos que el cambio es una aventura y como toda aventura tiene riesgos, pero ese cambio nos va a llevar hacia el futuro, y volver al pasado sería autodestruirnos, sería perder dos o tres generaciones más antes de volver a encontrar una oportunidad como la que el mundo nos está dando hoy", dijo Macri en un acto este martes.
El mandatario ratificó su gestión, aunque no sea "fácil" dejar atrás "80 años de ocultamiento, de mentiras, de corrupción, de promesas incumplidas".
"Este es el momento de demostrar cuánto coraje tenemos, cuánta convicción tenemos, en este momento, más que nunca, en que el mundo o los mercados están dudando si nosotros vamos a volver atrás", añadió.
A la par que los manifestantes desalojaban la plaza de Mayo, el Instituto Nacional de Estadísticas divulgó que la actividad económica registró en febrero pasado una caída del 4,8 % en comparación con el mismo mes de 2018, por lo que ya se acumulan diez meses en retroceso.
Por el Día Internacional del Trabajo, el miércoles otros sectores, integrados en la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte, harán también un cese de actividades.