Economía

El aeropuerto de Bruselas aumentará las tasas a los aviones más contaminantes

3 mayo, 2019 16:18

Brussels Airport, la empresa que gestiona el aeropuerto de Bruselas-Zaventem, tendrá en cuenta a partir de 2021 las emisiones de dióxido de carbono (CO2) y partículas finas de los aviones para calcular las tasas que cobra a las aerolíneas por cada pasajero, según anunció el consejero delegado de la empresa, Arnaud Feist.

"De esta forma, deseamos favorecer a los aviones modernos con menos emisiones. Los mayores contaminantes pagarán, los buenos alumnos serán recompensados", dijo el directivo, según recogen este viernes los medios locales "Het Nieuwsblad" y "De Standaard".

Las empresas que operan en el principal aeródromo belga pagan a Brussels Airport una tasa por cada pasajero que transportan, de unos 30 euros, que se utiliza para cubrir los costes de funcionamiento y los controles de seguridad, según una portavoz del aeródromo.

Actualmente, los costes ya son tres veces más altos para los aviones más antiguos que para los más modernos, pero los criterios tienen en cuenta sobre todo el ruido que generan y no las emisiones.

La aviación es uno de los sectores más contaminantes, responsable de en torno al 2,5 % de las emisiones de CO2, y se espera que éstas aumenten un 68 % entre 2010 y 2020, un 185 % hasta 2040 y un 300 % hasta 2050 conforme la economía sigue creciendo.

La Unión Europea (UE) estudia actualmente si necesita revisar sus normas sobre la tributación de la energía, incluidas las de la aviación, que datan de 2003 y están "claramente obsoletas", incluso en contradicción con los objetivos climáticos de la UE, según explicó a Efe un portavoz de la Comisión Europea (CE).

Los Estados miembros tienen potestad para fijar sus propios impuestos siempre que respeten unos mínimos, lo que ha llevado a los países a aumentar éstos de forma desigual, mientras que existen exenciones y desgravaciones para el sector de la aviación.

Las aerolíneas están exentas de pagar impuestos sobre el queroseno, su combustible, pero están sujetas al Sistema de Comercio de Emisiones (ETS, en inglés) que a partir de 2021 obligará a reducir las emisiones de la aviación civil un 2,2 % cada año.

Sin embargo, algunos países piden más. Es el caso de Holanda, que ha planteado a la UE introducir a nivel europeo un impuesto que grave las emisiones de los aviones, ya sea con una tasa sobre el queroseno, un impuesto sobre los billetes o una tasa por vuelo, entre otras posibilidades.

Bélgica apoya la propuesta y la CE registró esta misma semana dos iniciativas ciudadanas que van en esta línea: una pide eliminar las exenciones al queroseno y, la otra, aumentar progresivamente el precio de los combustibles fósiles y devolver el rédito a los ciudadanos.