Pekín, 16 may (EFECOM).- China y Estados Unidos se volvieron a enzarzar hoy en un cruce de acusaciones y reproches mutuos después de que el presidente de EE.UU., Donald Trump, promulgara anoche un decreto que impide a las empresas estadounidenses utilizar la tecnología de la china Huawei.
En la rueda de prensa diaria, el portavoz del Ministerio de Exteriores chino Lu Kang afirmó categórico que "nadie ve este movimiento como constructivo o amistoso", y urgió a Estados Unidos "a cesar de usar estas prácticas".
El portavoz añadió que China "se opone a los países que crean problemas con el tema de la seguridad nacional como excusa" y aseguró que las empresas extranjeras en el gigante asiático "no tienen de que preocuparse si se encuentran en situación legal".
Las declaraciones se producen después de que Trump declarase el miércoles una emergencia nacional que prohíbe a las compañías de Estados Unidos usar equipos tecnológicos de firmas que supuestamente intentan espiar al país, lo que podría restringir los negocios con compañías como Huawei.
"China tomará las medidas que hagan falta para proteger los legítimos derechos e intereses de las empresas chinas", dijo Lu, y añadió que "el Gobierno chino siempre ha requerido a las empresas que operan en el exterior que cumplan con las leyes de los países a los que vayan".
En esa misma línea, el Ministerio de Comercio del gigante asiático instó hoy a Estados Unidos a "detener el error" de poner en práctica "una orden Ejecutiva que ordena la exclusión de Huawei".
"Esta orden ejecutiva es un abuso de la seguridad nacional" y supone "sanciones unilaterales de comercio", afirmó en rueda de prensa el portavoz del Ministerio, Gao Feng.
Asimismo, Gao instó a Estados Unidos a "respetar las reglas del mercado" y proveer un entorno empresarial "transparente e imparcial" para las empresas extranjeras.
La orden ejecutiva de Trump se dirige contra los "adversarios extranjeros" de Estados Unidos, aunque no nombra específicamente a China, país con quien mantiene una agria disputa comercial.
Las negociaciones para poner fin a la misma aún no han colapsado tras más de diez rondas de consultas, según ambas partes, pero no tienen visos de resolverse a corto plazo tras la imposición mutua de aranceles y las declaraciones malsonantes de la última semana.
En ese sentido, el portavoz chino indicó hoy con tono conciliador que para llegar a acuerdos hace falta "buena fe, respeto mutuo, igualdad y beneficios para las dos partes", y que "China, a pesar de las dificultades que está causando Estados Unidos, siempre ha dado lo mejor de sí mismo y ofrecido una actitud positiva".
Sin embargo, la prensa oficial china arremetió hoy contra su rival y aseguró que Estados Unidos "ignora las leyes y los hechos", utiliza "tácticas de acoso que no son razonables" y se comporta de forma "arbitraria e irracional, poniendo en peligro las relaciones bilaterales y el crecimiento económico global", según un editorial publicado hoy por El Diario del Pueblo.
Por su parte, Trump, además de esta última medida, ha restado importancia a los aranceles de respuesta impuestos por China a productos estadounidenses e insistió en que su Gobierno tiene aún "mucho margen" para seguir imponiendo gravámenes multimillonarios a los bienes de Pekín.
El mandatario explicó que su Ejecutivo "tiene derecho" a imponer un 25 % de aranceles a otros 325.000 millones de dólares, pero reconoció que "todavía" no ha tomado una decisión al respecto.
Queda ahora por ver de qué manera la orden ejecutiva de Trump restringe la compra de equipos de telecomunicaciones de la firma china, en el ojo del huracán desde que Washington la acusara de espiar para el Gobierno chino y desarrollar "puertas traseras" para acceder a cualquier dispositivo y controlarlo sin conocimiento del usuario.
Dichas acusaciones se enmarcan dentro de la campaña estadounidense para impedir que Huawei se haga con el control de las redes 5G, que permiten navegar por internet con mucha más velocidad y podrían facilitar el desarrollo de vehículos autónomos y técnicas para hacer cirugía por control remoto.
Sin embargo, la propia Huawei, que ha negado reiteradamente las acusaciones de espionaje en el pasado, afirmó hoy que las restricciones sólo "perjudicarán los intereses" de las empresas y los consumidores de este país.
En un comunicado, el gigante tecnológico chino señaló que este tipo de "restricciones irrazonables" infringen los derechos de la empresa y plantean "otros problemas legales graves".
"Restringir a Huawei de hacer negocios en Estados Unidos no hará más seguro o más fuerte a este país; en su lugar, sólo servirá para limitar a Estados Unidos a alternativas inferiores y más costosas", indicó.