Economía

Banco de España pide reformar pensiones sin hipotecar a generaciones futuras

28 mayo, 2019 16:14

Madrid/Oviedo, 28 may (EFECOM).- El Banco de España ha reclamado al futuro Gobierno que haga una reforma de pensiones de calado para hacer frente al aumento de la edad media de la población, tocando ingresos y gastos, de forma que se garantice la sostenibilidad del sistema sin trasladar su coste únicamente a las generaciones futuras.

La entidad mete prisa porque considera que cuanto más envejezca el electorado más difícil será desde el punto de vista político proponer medidas que puedan suponer un recorte de renta a la población de mayor edad, destaca en el Informe Anual de 2018 aprobado este martes en Oviedo por su Consejo de Gobierno.

En el plano político, cuestiona también que las recomendaciones de la comisión parlamentaria del Pacto de Toledo para la reforma del sistema de pensiones tengan que descansar en un "consenso absoluto", cuando uno "razonablemente amplio" podría ser suficiente para no retrasar decisiones que se deberían tomar cuanto antes, han afirmado fuentes de la Dirección General de Economía y Estadística.

Pone recetas sobre la mesa ya propuestas con anterioridad como el retraso de la edad de jubilación y el ajuste de la cuantía de la pensión a la esperanza de vida y al crecimiento del producto interior bruto (factor de sostenibilidad).

El cambio demográfico que sufrirá el país en las próximas décadas, con un menor crecimiento de la población en edad de trabajar, está entre los principales retos que se tienen que abordar para asegurar un crecimiento sostenible a largo plazo, según el Banco de España.

A ello suma la reanudación del proceso de reducción del déficit estructural y de la deuda pública, la corrección de las deficiencias del mercado laboral (paro, temporalidad y parcialidad no deseada), el reforzamiento del sistema bancario y la profundización en la arquitectura institucional del euro.

El Banco de España apuesta por diseñar en la UE un instrumento de deuda común paneuropeo, que podría ser una cesta de bonos de distintos países emitidos por los tesoros nacionales, para ofrecer activos seguros y mitigar riesgos dentro de la unión monetaria.

La entidad muestra su inquietud en el ámbito laboral por que los salarios estén creciendo de forma homogénea sin tener en cuenta la productividad, lo que podría desembocar en una merma de la competitividad empresarial.

Asimismo, mantiene su previsión de que la subida del 22 % del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) destruirá 125.000 empleos en 2019 y considera prematuro decir que no será así solo con los datos de afiliación a la Seguridad Social y de la Encuesta de Población Activa conocidos hasta el momento.

El Banco de España señala junto a los retos pendientes los puntos débiles que podrían dejar la economía expuesta ante posibles escenarios adversos, entre los que destaca la elevada deuda externa y la vulnerabilidad de algunos grupos de hogares que han aumentado su gasto a costa de endeudarse.

La entidad no descarta que estos hogares de rentas más bajas estén siendo especialmente optimistas a la hora de valorar su economía doméstica futura, dado que mantienen su tasa de ahorro en mínimos y un elevado recurso al crédito para financiar su consumo.

El Banco de España considera que el balance de la recuperación es netamente positivo gracias al impulso reformista de la primera mitad de esta década, pero también a una dosis importante de buena suerte por los vientos de cola que propiciaron un petróleo barato y unos tipos de interés bajos.

A futuro dejarán de soplar los vientos de cola, por lo que insiste en la necesidad de hacer reformas ambiciosas y de no revertir algunas de las que resultaron eficaces para favorecer la actual fase de recuperación, como la reforma laboral de 2012.