Macri afronta quinta huelga con una economía en recesión y en año electoral
Buenos Aires, 29 may (EFECOM).- Las dos centrales obreras de Argentina, junto a movimientos sociales, realizaron este miércoles la quinta huelga general que afronta el Gobierno de Mauricio Macri, un paro "contundente" en un escenario de recesión económica y cuando restan cinco meses para la elecciones presidenciales.
La huelga de 24 horas, convocada por la Confederación General del Trabajo (CGT), la mayor central obrera de Argentina y dominada por dirigentes sindicales peronistas, opositores al Gobierno de Macri, tuvo un "alto nivel de acatamiento", según aseguraron los lideres gremiales.
En rueda de prensa, Héctor Daer, uno de los titulares de la CGT, señaló que la huelga tuvo como objetivo "reclamar medidas urgentes de rectificación de las políticas económicas que se llevan adelante, que sistemáticamente fueron erosionando toda la actividad productiva, trayendo consecuencias devastadoras en el tejido social".
La medida de fuerza se realiza en unos momentos en que Argentina cumple un año sumida en recesión económica, con altos índices de inflación, caída del poder adquisitivo de los asalariados y un deterioro en los índices de empleo y pobreza.
"El acatamiento fue muy importante en todo el país. La contundencia de esta medida quedo demostrada en las grandes ciudades de Argentina, donde la fotografía fue una ciudad desierta", afirmó Daer.
A la medida de protesta, que se hizo notar con fuerza en Buenos Aires, se sumaron los sindicatos alineados con Hugo Moyano, líder de los camioneros, de extracción peronista pero distanciado de la conducción de la CGT, y la Central de Trabajadores Argentinos, que agrupa mayoritariamente a gremios de trabajadores estatales.
Como resultado, el paro se sintió en actividades como el transporte publico y de cargas, los bancos, el comercio, varias ramas industriales, los puertos, la educación, la construcción y la Administración pública.
Según un informe elaborado por el Ministerio de Hacienda, la huelga de hoy supone una pérdida para el país de 40.000 millones de pesos (unos 880 millones de dólares) que afecta mayormente a la industria y el comercio.
La jornada se desarrolló sin incidentes en Buenos Aires y, aunque no hubo movilización convocada por la CGT, movimientos sociales y organizaciones de izquierda cocinaron "ollas ciudadanas", y hubo algunos cortes de calles y concentraciones en diversos puntos del país.
"Los que no tienen trabajo no pueden hacer un paro y entonces salen a la calle a poner su granito de arena para que esa protesta se haga escuchar", dijo Carlos Acuña, otro de los líderes de la CGT, al expresar su "solidaridad" con quienes no tienen trabajo.
Por su parte, en otra rueda de prensa, Moyano afirmó que, con esta huelga, "con mucha adhesión", queda "demostrada el rechazo a las políticas" del Gobierno.
"Estos paros no se hacen por capricho. Si siguen con esta política, no hay otra salida. No puedo adelantar nada porque esto se resuelve en conjunto, pero si no hay solución a estos temas, no tenemos otro camino", advirtió.
Moyano dijo que espera que "este paro contundente lo haga reflexionar al presidente Macri", porque, aseveró, no hay un "destino válido" para los argentinos "con estas políticas económicas".
Desde el Gobierno han atribuido la huelga a razones políticas en pleno proceso de alianzas de cara a las primarias de agosto próximo, en las que se definirán los candidatos que competirán en las presidenciales de octubre.
El ministro de Producción y Trabajo, Dante Sica, afirmó que el paro "tiene más que ver con alguna posición política de algunos dirigentes sindicales", en su mayoría de extracción peronista, que con una "manifestación genuina y con el descontento de lo que está pasando".
"Estamos hartos de los paros, de que cada dos por tres hagan un paro. Es el quinto paro. Cuando hay un gobierno que no es del partido de los sindicalistas, pasa esto", dijo, por su parte, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, en declaraciones radiofónicas.
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