Madrid, 13 jun (EFECOM).- El expresidente del Banco Popular Emilio Saracho inaugurará el próximo 2 de octubre las declaraciones de los investigados por la gestión de la entidad, en una comparecencia de dos días a la que sucederá la de su predecesor en el cargo, Ángel Ron, citado para el 8 y 9 de ese mes.
En una providencia conocida este jueves, el juez de la Audiencia Nacional José Luis Calama también emplaza en calidad de investigados a los ex consejeros delegados del banco Francisco Gómez (15 y 16 de octubre) y Roberto Higuera (30 y 31 de octubre).
Las citaciones se producen un día después de que el titular del juzgado central de Instrucción número 4 anunciara su intención de celebrar esta primera ronda de comparecencias entre octubre y diciembre, dos años después de la admisión a trámite de las primeras querellas, aunque sin especificar fecha.
El caso, iniciado en octubre de 2017, consta de dos piezas separadas, la primera por la ampliación de capital de 2016, y la segunda por una posible manipulación del mercado tras la publicación de noticias con datos presuntamente falsos para hacer caer el valor de las acciones y obtener beneficios.
Excúpulas al margen, la causa también se dirige contra el resto de los integrantes de los dos últimos consejos de administración, la firma PwC y el socio auditor de las cuentas del Popular, que deberán declarar igualmente ante el magistrado por supuesta falsedad societaria, administración desleal y apropiación indebida.
Especialmente mediáticos serán los testimonios de Ron y Saracho, enzarzados en un cruce de acusaciones desde que la resolución y posterior venta del banco al Santander a precio de saldo el 7 de junio de 2017 desencadenara una avalancha de acciones legales por parte de los accionistas y tenedores de deuda subordinada, cuyas inversiones quedaron reducidas a cero tras la operación.
Durante su comparecencia del pasado julio en la comisión del Congreso sobre la crisis financiera, Ron, al frente del Popular entre marzo de 2006 y febrero de 2017, aseguró que el proceso de adquisición de la entidad "fue un atropello flagrante".
En su opinión, el Santander "hizo un excelente negocio con la compra de la entidad por un euro, si se tiene en cuenta que el banco que preside Ana Botín obtuvo un retorno de más del 20 %".
Aún más crítico se mostró con su sucesor, cuya llegada, dijo, fue "como si se conduce un avión comercial como si fuera un caza; el avión llega al aeropuerto, pero la tripulación y los pasajeros se mueren, porque si se empiezan a hacer descensos en picado, al final lo que ocurre, y ocurrió, es que se pierde la confianza".
Palabras a las que respondió Saracho, presidente durante 108 días, afirmando con rotundidad que "la entidad engañaba, era un desastre, una caca, y con un valor muy cercano a cero", es decir, que "era incapaz de dar una buena noticia".
Dado el profuso interrogatorio al que podrían someterles las partes, el juez Calama ha habilitado dos días para tomar declaración a cada uno de los investigados, que se enfrentarán, entre otros aspectos, a las conclusiones del primer informe de los peritos judiciales.