Alcoa elige al fondo Parter para seguir negociando la venta de sus plantas
El fabricante de aluminio Alcoa ha decidido continuar con la oferta de compra que presentó el fondo suizo Parter Capital por las plantas de la compañía en La Coruña y Avilés (Asturias), aunque no hay todavía un acuerdo final para la venta.
Fuentes de la firma han indicado este viernes a Efe que la oferta de Parter ofrece oportunidades de futuro para las dos plantas, incluida la posibilidad de recuperar la producción de aluminio primario.
Además, Parter ha aceptado una de los principales requisitos de Alcoa, que era el mantenimiento del empleo y las condiciones de trabajo al menos durante dos años.
La decisión de Alcoa se ha hecho pública tras la reunión que ha mantenido este viernes la comisión de seguimiento del expediente de regulación de empleo (ERE) que se aplica en la empresa.
Las mismas fuentes han señalado que esperan que la importante contribución económica de Alcoa, que dice que "excede significativamente" los 40 millones de euros comprometidos en el acuerdo del ERE para que el futuro comprador pueda rearrancar las cubas de electrolisis -que fueron apagadas de forma controlada-, garantice la actividad industrial y el empleo en ambas plantas.
El fondo suizo Parter Capital invierte en sectores tradicionales, como compañías de automoción, aviación, construcción y maquinaria, entre otros.
La otra oferta con la que se estuvo trabajando para vender las dos plantas que Alcoa quería cerrar, aunque nunca hubo confirmación oficial, era la del fondo alemán Quantum Capital Partners.
Su oferta se circunscribía a la planta de Avilés y pasaba por industrializar la fábrica desde la fundición hacia actividades por debajo de ésta, pero descartaba arrancar de nuevo las series de electrolisis.
A pesar de que su oferta de compra era sólo para la factoría de Avilés, Quantum Capital Partners llegó a visitar la planta de La Coruña, pues no excluía por completo ofertar también por las instalaciones ubicadas en la ciudad gallega.
Alcoa y los sindicatos alcanzaron en enero pasado un preacuerdo que contemplaba la búsqueda de inversores que adquirieran las plantas que la multinacional tenía intención de cerrar por las cuantiosas inversiones que requerían para seguir funcionando y los altos costes de la electricidad en España.
La condición era que esos inversores continuaran desarrollando en las fábricas un proyecto industrial y que asumieran a la plantilla.
También establecía que si el 30 de junio no se cerraba la venta de las factorías, se procedería a su cierre.
Las instalaciones empleaban antes de que se pusiera en marcha el expediente de regulación de empleo (ERE), incluido en el citado acuerdo, a 686 trabajadores en total.
El pacto ofrecía solución a aproximadamente 355 empleados de un total de 623 indefinidos, más del 50 % de la plantilla, y por el mismo Alcoa se comprometía a mantener la actividad y el empleo en las fundiciones de ambas plantas y en la torre de pasta de La Coruña, lo que permitió la continuidad de 205 empleados (114 empleos en la gallega y 91 en la asturiana).
Alcoa efectuó la parada programada de las cubas de electrólisis para que pudieran ser rearrancadas por el futuro comprador y asumió el coste de rearrancarlas por 40 millones de euros (20 millones por planta).