Madrid, 26 jun (EFECOM).- Mientras que EE.UU. y China han sabido ver la llegada de la cuarta revolución industrial, Europa debe aún entender su trascendencia y preparar a su sociedad y empresas a través de la educación e inversión en innovación, así como adaptar su regulación para favorecer una competencia justa.
Así lo han manifestado directivos de empresas tecnológicas y expertos del sector en el primer foro Concordia Europe-AmchamSpain Summit celebrado este miércoles en Madrid.
"Europa está entre dos polos (China y EE.UU.) que han entendido muy bien lo que significa esta cuarta revolución y ahora tiene que darse cuenta de que no podemos dejarla pasar", ha afirmado la presidenta de HP en España y Portugal, Helena Herrero.
Manuel Muñiz, decano de la Escuela de Asuntos Globales y Públicos del IE, ha añadido que "se creía que el mundo iba a ser plano" con el desarrollo de la economía digital y resulta que "se está produciendo una concentración geográfica muy marcada", donde "las grandes ganadoras" son EE.UU. y China, sumidas en una "colisión frontal", mientras que no hay un solo titán tecnológico europeo.
Además, se produce el fenómeno de que China "hace un uso de la tecnología que parece empoderar a un régimen centralizado y autoritario" a través de la recopilación de sus datos, lo que hace que, según Muñiz, el Gobierno no necesite de mecanismos democráticos o libertad de prensa para conocer la opinión de su sociedad.
Igualmente, Jabulane Mabuza, presidente de Sun International y miembro del Consejo de Liderazgo de la ONG neoyorquina Concordia, ha defendido que hay que ganar consciencia sobre la trascendencia de la revolución digital y tratar de regular a nivel corporativo, fiscal y regulatorio un ámbito tan cambiante que por ejemplo en "tres o cuatro años" un doctor podrá operar desde Nueva York a un paciente en un pueblo de África con una latencia una milésima de segundo.
La dimensión disruptiva de esta revolución es tal que, según el jefe de Políticas Públicas de Telefónica, Enrique Medina, es necesario un nuevo "pacto digital" y adaptar de forma inmediata la legislación europea de la competencia al mundo digital, ya que se concibió para regular "cosas tangibles", pero no los datos.
"Los instrumentos regulatorios existentes no sirven", ha apuntado Medina, que pone el ejemplo de que no se puede "tratar de ordenar la situación con multas millonarias en una parte del mundo y que en otra todo siga igual".
La responsable de HP también cree que Europa debe "adecuar las leyes al mundo del dato" velando además por su componente ético, para garantizar por ejemplo que la inteligencia artificial que hay detrás de un coche autónomo carezca de sesgos.
Un ejemplo habitual en este sentido es el de cómo se programa a un vehículo autónomo si se ve en la disyuntiva de tener que elegir entre atropellar a un hombre o a una mujer, a un anciano o un niño, o a un hombre blanco y otro negro.
Para los ponentes, parte de la clave radica en adaptar la educación a las revolución digital, desde el ámbito familiar hasta el empresarial pasando por todas las etapas educativas, te
Herrero (HP) también considera clave que Europa apueste por la inversión en innovación, que ha demostrada tener una "correlación absoluta" con el desarrollo de la digitalización, así como con empleo de más calidad y una mayor aportación de valor.
"El mundo es exponencial y nosotros seguimos pensando en lineal", considera Herrero, en línea con lo expresado por otros panelistas, que también ven urgente adaptar la fiscalidad, porque, en palabras del responsable de Telefónica, "no puede ser que haya paraísos fiscales basados en la 'alocación', que es legal pero injusta".
Al respecto, aboga por una regulación liderada por la OCDE y advierte de los peligros de que cada país establezca sus propias normas.