Escepticismo ante el programa de "alquileres accesibles" en Portugal
Ana Sánchez
Lisboa, 29 jun (EFECOM).- El nuevo programa de adhesión "voluntaria" de alquiler impulsado por el gobierno luso, que ofrece exenciones fiscales a los dueños a cambio de limitar los precios, no impactará significativamente en el mercado de forma inmediata, coincidieron los expertos consultados por Efe, que no ocultaron su escepticismo.
La medida, que entrará en vigor el 1 de julio, ha sido impulsada por el Gobierno del socialista António Costa a tres meses de las elecciones legislativas del próximo octubre, mientras crece la especulación inmobiliaria que se ha traducido en el éxodo de miles de personas a la periferia de las grandes ciudades ante la imposibilidad de asumir los elevados alquileres.
"Este proyecto de alquiler no es real", sostuvo en declaraciones a Efe Vasco Morgado, presidente de la junta de distrito lisboeta de Santo Antonio, considerado el más caro del centro de Lisboa, "solo es bonito para las páginas del periódico", y añadió que la política habitacional se ha redirigido "solo al turismo" en los últimos años.
Morgado opinó que esta no es una ley que piense "en sus habitantes", pues vale lo mismo alquilar un piso de una habitación que el salario mínimo que percibe un portugués al mes, 600 euros, algo con lo que "no se vive, se sobrevive".
En ello coincide Lurdes Pinheiro, presidenta de la Asociación de Patrimonio y Población de Alfama, quien además se queja del progresivo vaciamiento que sufre el barrio, que pierde a sus vecinos mientras avanza el turismo.
"Es necesario que el Gobierno dirija su política habitacional a quiénes más lo necesitan", afirma a Efe.
Pinheiro recalca también que el alquiler está en manos de los "grandes especuladores" inmobiliarios, quienes, según ella, han provocado que en Alfama se hayan registrado este año 184 apartamentos de lujo mientras las calles "se quedan sin vecinos".
No obstante, admite que el debate surgido a propósito de la ley "es algo", y que ha sido posible gracias a la lucha de los vecinos.
En cuanto al futuro del sector inmobiliario en el país, tanto Pinheiro como Morgado temen que los vecinos que han dejado el centro de las ciudades forzados por los precios no vuelvan ni siquiera en el caso de que el turismo disminuya y los alquileres bajen.
"Si una pareja joven se marcha a las afueras de Lisboa por sus altos precios y allí tiene hijos, forma su vida, etc. no volverá, por mucho que bajen los alquileres", comenta Morgado, quién además asegura que el presidente socialista del distrito vecino, Miguel Coelho, opina lo mismo.
No coincide en esto Iolanda Gávea, vicepresidenta de la Asociación de Propietarios de Lisboa, una de las más representativas de Portugal con unos 10.000 asociados.
No obstante Gávea considera que las exenciones fiscales para los propietarios no "aportan nada" y que el riesgo es "enorme" por los costes judiciales en caso de incumplimiento en un mercado cuyas "constantes" alteraciones legislativas crean "inseguridad".
A su juicio, Lisboa no está perdiendo a sus vecinos tradicionales por los altos precios inmobiliarios, a pesar de que las estadísticas apuntan que los principales distritos de la capital han perdido entre el 8 % y el 14 % de sus electores desde los pasados comicios.
También la población residente cayó en 14.0000 personas el pasado año en Lisboa.
El programa se basa en tablas de precios estimadas en función de la zona y el tamaño de la vivienda y limita los alquileres entre los 600 euros al mes para un estudio en Lisboa y los 1.700 para un piso de cinco habitaciones.
Además, para que el contrato se haga efectivo, el plazo de alquiler deberá ser mínimo de cinco años o nueve meses en el caso de tratarse de un alquiler para estudiantes.EFECOM